El Gobierno alemán alternó hoy las llamadas a la calma con el reforzamiento de los dispositivos de seguridad, tras conocer la existencia de planes concretos de atentado este noviembre e interceptarse en Namibia un artefacto sospechoso en un vuelo rumbo a Múnich.
Apenas 24 horas después de admitir tener constancia de "indicios serios" de planes de atentado, el ministro del Interior, Thomas de Maizière, compareció hoy nuevamente ante los medios, esta vez tras la alarma desatada por la detección de un supuesto explosivo en un vuelo de Air Berlin, la segunda mayor compañía aérea alemana.
"Los controles han funcionado y eso es una buena noticia", indicó el ministro, una hora después de que el departamento de Investigación de lo Criminal (BKA) informase del hallazgo del artefacto.
De acuerdo a su línea de extrema cautela, Maizière evitó avanzar conclusiones, a la espera del informe completo de las autoridades de Namibia, ya que por el momento, dijo, se desconoce si se trataba de un artefacto preparado para estallar.
Según el comunicado difundido por el BKA, el mecanismo consistía en una batería, un cable, un detonador y un reloj.
El artefacto fue detectado ayer por los servicios de seguridad del aeropuerto de Windhoek, la capital de Namibia, en el interior de un equipaje que iba a ser cargado en ese vuelo, con destino a Múnich y con 296 pasajeros a bordo, alemanes y austríacos en su mayoría.
Tras repetirse los controles del equipaje y viajeros, el aparato partió hacia Múnich, donde aterrizó con varias horas de retraso.
El BKA ha enviado un equipo de expertos para participar en las investigaciones de Namibia.
El hallazgo de un supuesto explosivo en un vuelo de esa compañía alemana sucede al reforzamiento de los dispositivos de seguridad en aeropuertos, estaciones y demás espacios públicos de todo el país.
El propio De Maizière reveló ayer la existencia de "indicios serios" de que se estaban planeando ataques terroristas, de los que no dio detalles, pero que situó hacia finales de noviembre.
El ministro, quien entre hoy y mañana evalúa la situación en una reunión regular con sus homólogos de los 16 "Länder" alemanes, insistió en la necesidad de mantenerse en alerta y acentuar la vigilancia, pero al mismo tiempo de no dejarse amedrentar por la amenaza terrorista.
"La respuesta ante los intentos de sembrar el miedo no debe ser dejarse llevar por el pánico", indicó De Maizière, en un pausa del encuentro.
El ministro llamó a la ciudadanía a "no dejar que el terrorismo modifique nuestro modo de vida", pero también a avisar a la policía en caso de dar con objetos sospechosos en lugares públicos o advertirse movimientos o individuos sospechosos.
Además de medidas "visibles", como las patrullas policiales equipadas con armas automáticas en aeropuertos, se habían orquestado otras, no perceptibles, indicó el ministro, para detectar y desactivar esos presuntos planes.
Según medios alemanes, tales "indicios serios" proceden de informaciones facilitadas por los servicios secretos de EEUU, según los cuales entre dos o cuatro miembros de Al Qaeda estaban preparados para actuar en Alemania o el Reino Unido.
La fecha posible para la llegada de los presuntos terroristas a Alemania es el 22 de noviembre y se cree que su objetivo es algún mercadillo de Navidad u otra gran concentración humana.
Varios miembros del presunto comando cuentan con visados para circular por la zona Schengen, según el semanario "Focus" y se cree que los ataques podrían producirse simultáneamente en varias ciudades, alemanas o europeas.
El artífice de esos planes es, según los medios, es el paquistaní y presunto cabecilla de Al Qaeda Ilys Kashmiri, al que se atribuye un atentado en la ciudad india de Pune contra un local turístico -"German Bakery"- en el que murieron 17 personas.
Los controles en Alemania se reforzaron ya hace unas semanas, al descubrirse que uno de los dos paquetes con explosivos procedentes de Yemen, con destino a Estados Unidos, había pasado por un aeropuerto de Alemania, desde donde fue transferido al Reino Unido.
Las autoridades alemanas estiman que unos 200 presuntos islamistas procedentes de Alemania han recibido instrucción en campamentos de Al Qaeda, de los cuales la mitad estarían de nuevo en Alemania.