Afganistán recibirá 16.000 millones de dólares (13.000 millones de euros) en ayuda para el desarrollo durante los próximos cuatro años para tratar de salir de la parálisis económica y evitar sucumbir al caos tras la salida de las tropas de la OTAN del país, según han acordado los mayores países donantes en una cumbre sobre el futuro de Afganistán celebrada este domingo en Tokio (Japón).
"La seguridad de Afganistán no puede ser calibrada solo en base a la ausencia de guerra", ha argüido la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton. "Debe ser valorada en base a si la gente tiene trabajo y oportunidades económicas, si creen que sus gobiernos satisfacen sus necesidades o si la reconciliación política avanza y tiene éxito", ha añadido Clinton.
El Banco Central de Afganistán ha estimado en al menos 6.000 millones de dólares al año (casi 4.900 millones de euros) la ayuda económica internacional necesaria para impulsar el crecimiento económico en el país centroasiático durante la próxima década.
A cambio, Occidente ha instado a Kabul a que ahonde las reformas para acabar con la corrupción en las instituciones afganas, siempre con el trasfondo de la preocupación internacional por la dependencia afgana de la ayuda económica y de la seguridad que provee la OTAN.
En este sentido, Clinton ha puntualizado que dichas inversiones deberán ir acompañadas de "una lucha contra la corrupción, de la mejora de la gobernanza, del fortalecimiento del Estado de Derecho y del aumento del acceso de todos los afganos a las oportunidades económicas, máxime las mujeres".
Representantes de alrededor de 80 países y de diversas organizaciones internacionales, entre ellos el Banco Mundial y el Banco para el Desarrollo Asiático, se encuentran en Tokio. Como precedente, los 35.000 millones de dólares (algo más de 28.000 millones de euros) que se han transferido a las arcas afganas de 2001 a 2010, según datos facilitados por la delegación japonesa.
Los progresos, sin embargo, no han sido tan notables como estaba previsto. Si bien ha aumentado la renta per cápita, el nivel de educación aún es bajo y la pobreza que azota el país apenas se ha visto reducida.
Estados Unidos ha confirmado que tratará de mantener los niveles de ayuda que han tenido "en las últimas décadas" hasta "el año 2017 aproximadamente", para lo cual el Gobierno estadounidense pedirá la 'luz verde' del Congreso.