El primer ministro nipón, Shinzo Abe, y su estrategia de reactivación económica conocida como Abenomics han salido reforzados de las elecciones anticipadas celebradas hoy en Japón, que han registrado un mínimo histórico de participación.
La coalición gobernante formada por su formación, el conservador Partido Liberal Demócrata (PLD), y el budista Nuevo Komeito, han logrado una contundente mayoría que les garantiza dos tercios de la Cámara baja, según datos de la cadena estatal NHK.
Ambas fuerzas han obtenido al menos 325 de los 475 escaños de la cámara, con lo que revalidan la mayoría cualificada que obtuvieron en las elecciones de diciembre de 2012.
Abe es así el gran vencedor de unos comicios que él mismo planteó a medio mandato como un referéndum sobre su osada política económica, y que le permitirán además seguir adelante con otros temas controvertidos como la reactivación de los reactores nucleares o la reinterpretación de la Constitución pacifista.
La prioridad para esta nueva etapa será "hacer todo lo posible para lograr la recuperación económica", y reforzar "las relaciones diplomáticas y la seguridad" de Japón, afirmó Abe en declaraciones a la NHK al conocer los primeros resultados.
"Los votantes han confiado en nosotros para seguir aplicando Abenomics", señaló el primer ministro en alusión a su estrategia destinada a sacar a la tercera economía mundial de la deflación y de la recesión técnica, a través de agresivos estímulos monetarios y de un cuantioso gasto público.
Pese a que este plan aún no está dando los frutos deseados y a que el gobierno se ha visto afectado por varios escándalos de corrupción, los partidos de la oposición no han logrado poner en entredicho el liderazgo de Abe.
La principal fuerza de la oposición, el Partido Democrático (PD), logró más de 70 escaños y mejoró así sus desastrosos resultados de 2012, cuando perdió el poder al ser castigado por el electorado debido sobre todo a su gestión de la crisis de Fukushima.
En cambio, el Partido de la Restauración (PRJ), de derecha nacionalista, cuarta fuerza política en 2012 con 55 escaños, vio reducida su representación en más de una decena de asientos.
Una de las sorpresas de la jornada ha sido el auge del Partido Comunista, que ha obtenido su mejor resultado en los últimos 14 años con al menos una veintena de escaños, más del doble los que ocupa actualmente, y ha logrado por primera vez representación en prefecturas como Hokkaido u Okinawa.
Estas elecciones han despertado poco interés entre los votantes nipones, según se desprende de la elevada abstención de una jornada electoral marcada por el temporal de frío y nieve que azota el centro y el norte de Japón.
SEIS PUNTOS MENOS DE PARTICIPACIÓN
La participación ha sido del 52,7 por ciento, lo que supone 6,6 puntos menos que en los comicios de 2012 y el mínimo registrado en Japón desde la Segunda Guerra Mundial, según una estimación de la agencia de noticias Kyodo.
Abe calificó estos datos de "muy decepcionantes" y subrayó la necesidad de "reforzar la confianza de los votantes", al tiempo que expresó su "respeto" por los electores que han acudido a las urnas "a pesar de la nieve y el frío".
En cualquier caso, el primer ministro ha ganado tiempo para avanzar en las delicadas cuestiones de la energía nuclear y con su agenda de Defensa y Exteriores, que apenas han sido objeto de atención en una campaña electoral monopolizada por el debate sobre "Abenomics".
Entre los temas clave de su nuevo mandato estará la reactivación de los 48 reactores nucleares de Japón, que permanecen apagados desde la crisis de Fukushima de 2011, así como la revisión de la Carta Magna nipona destinada a aumentar el perfil militar de Japón a nivel internacional.
Si consigue agotar la legislatura -algo poco habitual en Japón-, Abe podría situarse entre los primeros ministros más longevos de la historia del país, superando a otros símbolos de su mismo partido como Yasuhiro Nakasone (1982-87) y Junichiro Koizumi (2001-2006).