Abe agrava la tensión en Extremo Oriente con su visita al santuario

  • Las tensiones con Japón enturbian el 120 aniversario del nacimiento de Mao
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, en el santuario Yasukuni
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, en el santuario Yasukuni |Telemadrid

China recordó hoy con múltiples homenajes el 120 aniversario del nacimiento de Mao Zedong, fundador de la República Popular, una celebración que se ha visto empañada por la visita del primer ministro japonés, Shinzo Abe, al controvertido santuario tokiota de Yasukuni, que ha causado criticas en Pekín. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, visitó el polémico santuario de Yasukuni, santuario sintoista que consagra a millones de japoneses caídos en conflictos armados entre 1853 y 1945. Este gesto que ha sido duramente criticado por Pekín y Seúl que consideran que contribuye a empeorar el tenso clima diplomático en la región.

El principal homenaje a Mao Zedong, el Gran Timonel, se llevó a cabo en la mañana de hoy en el mausoleo donde descansa su cuerpo embalsamado, en el centro de la plaza pequinesa de Tiananmen, donde el actual presidente chino, Xi Jinping, el primer ministro Li Keqiang y otros líderes del régimen comunista le mostraron sus respetos. En un acto breve pero solemne, Xi y el resto de la cúpula comunista efectuaron tres reverencias, tradicional muestra de respeto a antepasados y mentores en la cultura china, de pie frente al cuerpo de Mao, que es visitado cada día por miles de turistas en el corazón geográfico y político de Pekín.

Este homenaje se ha visto enturbiado por otro celebrado casi a la misma hora en Tokio, en este caso por el primer ministro, japonés Shinzo Abe, en honor a los caídos en guerra en los siglos XIX y XX, en el santuario sintoísta de Yasukuni, polémico porque también honra a 14 criminales de guerra nipones de la Segunda Guerra Mundial.

La visita de Abe, primer jefe de Gobierno japonés que pisa el polémico recinto desde que su antecesor Junichiro Koizumi lo hiciera anualmente entre 2001 y 2006, ha encendido los ánimos en Pekín, donde el portavoz de Asuntos Exteriores chino Qin Gang ha condenado el gesto.

"La visita daña la base de la relación bilateral y construye una nueva barrera para la mejora de los lazos mutuos", aseguró en rueda de prensa el portavoz, quien retó a Abe a visitar el memorial de la Matanza de Nankín (perpetrada en 1937 por el ejército japonés en la entonces capital de China) para mostrar "verdadero respeto".

Qin notó la coincidencia del gesto de Abe con el día en el que China celebra el 120 aniversario del nacimiento de Mao Zedong, y por ello recordó que el Gran Timonel luchó contra la invasión japonesa.

"El presidente Mao dijo entonces que China es un gran país que tenía la Justicia en sus manos y el apoyo popular, por lo que la victoria final (contra Japón) sería nuestra", rememoró el portavoz.

CRECIENTES TENSIONES ENTRE CHINA Y JAPÓN

Las tensiones entre China y Japón, ya deterioradas en meses pasados por el conflicto en torno al archipiélago Diaoyu/Senkaku, han restado protagonismo hoy al aniversario de Mao, al que en todo caso el presidente Xi le había intentado dar un perfil bajo, pidiendo celebraciones "sencillas, solemnes y pragmáticas".

El 120 cumpleaños de Mao se celebra principalmente con exposiciones, simposios y actos conmemorativos en toda la geografía nacional, especialmente en Shaoshan, el lugar de nacimiento del líder comunista en la provincia central de Hunan, donde se han gastado más de 300 millones de dólares en los festejos.

Por contra, en Pekín uno de los principales homenajes a Mao, la gala que se iba a celebrar hoy en el Gran Palacio del Pueblo (sede del Legislativo), fue cambiada a última hora por una fiesta oficial de fin de año, una muestra de la relación contradictoria entre los actuales líderes comunistas y el fundador del régimen.

Por una parte el liderazgo chino le respeta por haber encabezado la revolución que logró la fundación de la República Popular en 1949, pero por otra admite que cometió grandes errores.

Entre ellos destacan las hambrunas que causó la desastrosa política económica del "Gran Salto Adelante" (1958-61), en las que murieron millones de personas, o el caos social y político de la Revolución Cultural (1966-76), dos hechos que para el régimen son aún tabúes y en los que no se permite profundizar demasiado.

Algunos de los actuales líderes chinos o sus familias, incluida la del presidente Xi, sufrieron las purgas y los procesos de reeducación en el campo de la Revolución Cultural, lo que no ha sido óbice para que el mandatario chino, ascendido este año, haya recuperado en ocasiones pensamientos y estéticas del Gran Timonel.

La línea oficial siempre repetida es que Mao "cometió un 70 por ciento de aciertos y un 30 por ciento de errores", y los medios oficiales se concentran hoy, en todo caso, en la importancia histórica de Mao para que China acabara con siglo y medio de feudalismo y colonialismo por parte de Occidente y de Japón.

"Bajo el liderazgo de Mao, el pueblo chino cambió su destino a través de la revolución", señaló en su editorial de hoy el diario "Global Times", ligado al Partido Comunista de China, también fundado por el Gran Timonel en 1921.

"Han pasado 37 años desde su muerte pero todavía se le recuerda profundamente (...), pocos pueden rivalizar su influencia en la historia mundial contemporánea", subrayó el periódico.