El consumo moderado de cerveza, tanto tradicional como sin alcohol, no provoca un aumento del peso corporal, ni modificaciones en la composición corporal. Ésta es la conclusión a la que ha llegado el estudio Asociación entre el consumo moderado de cerveza tradicional y sin alcohol y la composición corporal. La investigación, ha sido realizada por Ana Mª Veses Alcobendas, investigadora en el Instituto del Frío-ICTAN del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Ana Mª Veses Alcobendas, autora del estudio ha señalado que “pese al mito de que el consumo de cerveza produce distensión abdominal, las conclusiones del presente estudio indican que un consumo moderado de esta bebida fermentada de baja graduación alcohólica no provoca aumento de peso, ni modificaciones en la composición corporal”.
La investigación ha sido realizada a partir de la concesión en 2008 de una Beca Manuel de Oya “Cerveza, Salud y Nutrición”, promovida por del Centro de Información Cerveza y Salud (CICS), y ha estado dirigida por la Dra. Ascensión Marcos, Profesora de Investigación y Directora del Grupo de Inmunonutrición del Departamento de Metabolismo y Nutrición del Instituto del Frío-ICTAN del CSIC.
Este estudio ha sido desarrollado en colaboración con los doctores Ángela García, Eduardo Iglesias y Ana Montero, profesores en el departamento de Ciencias Farmacéuticas y de la Alimentación, de la Facultad de Farmacia en la Universidad CEU San Pablo.
Análisis de peso y masa corporal
La investigación ha sido realizada en un grupo de voluntarios, siguiendo un diseño de intervención cruzado. El periodo experimental duró 10 semanas, durante las cuales todos los voluntarios del estudio mantuvieron sus hábitos de vida y alimentación. La única modificación introducida fue referente al consumo de bebidas habituales y a la ingesta de cerveza tradicional o sin alcohol en los periodos determinados según el diseño experimental.
Durante la primera semana, todos los sujetos tuvieron que abstenerse de cualquier consumo de bebidas con alcohol. Las cuatro semanas siguientes y de forma aleatoria, dependiendo del grupo al que habían sido asignados, incorporaron a su dieta habitual cerveza tradicional o sin alcohol, en la cantidad correspondiente a un consumo moderado de alcohol, es decir, 20-24g/día para los varones (2 latas de 330 ml) y 10-12g/día para las mujeres (1 lata de 330 ml).
Entre otros parámetros, el estudio analizó la ausencia de variación en el peso, el índice de masa grasa y masa corporal. Igualmente, se llevó a cabo un análisis dietético y de la actividad física realizada por los sujetos en el periodo del estudio y se realizaron mediciones de los pliegues cutáneos y de las circunferencias corporales. Así, las mediciones antropométricas determinaron que el consumo moderado de cerveza, tanto tradicional como sin alcohol, no modifica la circunferencia del brazo, cadera y cintura; y tampoco registraron alteraciones significativas en los pliegues cutáneos.
Esta investigación confirma la llevada a cabo por la Dra. Ascensión Marcos en 2002, en la que también se comprobó que el consumo moderado de cerveza tampoco modifica los hábitos alimentarios de los voluntarios que se sometieron al estudio .