El ministro francés de Finanzas, François Baroin, subrayó hoy su intención de llevar adelante junto a Alemania el plan para implantar un impuesto sobre las transacciones financieras en la Unión Europea pese a la oposición del Reino Unido.
"Tenemos intención de hacerlo en el interior de los 27" países de la UE, señaló en una entrevista a la cadena de televisión "BFM TV" Baroin, que a continuación reconoció que ya se sabe que "los británicos dirán que no".
Pese a todo, recordó que "Francia y Alemania han dicho que avanzarán rápidamente" y que sus planes pasan por establecer una base imponible amplia y un tipo reducido que no cifró.
El ministro francés comentó el acuerdo de la cumbre europea de Bruselas, que terminó el viernes, y reconoció que "hubiera sido mejor que el Reino Unido" no se hubiera excluido" al rechazar el acuerdo intergubernamental que se alcanzó.
"Lamentamos la decisión de David Cameron (primer ministro británico) pero no les podemos esperar", indicó Baroin, que se mostró esquivo a la pregunta de si el Reino Unido abandonará la Unión Europea.
Puso el acento en que el compromiso de Bruselas "responde punto por punto a las cuestiones planteadas por la crisis" que "es una crisis de confianza.
Sobre las "sanciones automáticas" que se aplicarán a los países que no cumplan con los objetivos de saneamiento de las cuentas públicas y equilibrio presupuestario, indicó que serán de carácter financiero como las que ya existen, sin entrar en más detalle.
Por su parte, reiteró que en Francia "queremos volver al equilibrio en 2016".
El titular de Finanzas avanzó que la conocida como "regla de oro", que se quiere constitucionalizar en Francia en aplicación del compromiso de los países del euro, pasaría por fijar un tope de déficit estructural en torno al 0,5 % del Producto Interior Bruto (PIB).
Igualmente estimó que los socialistas en la oposición "se equivocan" con sus reticencias para votar esa reforma constitucional, y para la que serían imprescindibles para alcanzar la mayoría cualificada necesaria en el Parlamento.
"Esta regla de oro no es ni de derechas ni de izquierdas", argumentó antes de señalar que en otros países europeos como Alemania la han votado partidos de ambos lados del espectro ideológico.
Baroin volvió a negar que su Gobierno trabaje en un tercer plan de ajuste, tras las medidas anunciadas a finales de agosto y en noviembre, y así aludió a que "tenemos margen para amortiguar" una posible ralentización del crecimiento respecto a la previsión del 1 % en 2012, gracias a un paquete de 6.000 millones de euros presupuestados susceptibles de ser congelados.
El ministro rechazó la noción de "directorio franco-alemán" que suscita recelos en otros países europeos y justificó que París y Berlín también en esta cumbre se concertaran anteriormente y llegaran con sus propias propuestas consensuadas para someterlas al resto de los socios de la UE.
Tras señalar que los dos países suponen más de la mitad de la riqueza de la zona euro y son sus principales acreedores, comentó que la concertación entre ambos "es la única forma de funcionar y de arrastrar a los países de la zona euro".
"Si no hubiera habido acuerdo franco-alemán previo", advirtió, no hubiera sido posible llegar a un compromiso entre todos en Bruselas.