Las empresas de la industria, distribución y la hostelería empezarán a aplicar en Cataluña desde hoy el nuevo impuesto autonómico que grava a las bebidas azucaradas envasadas. Los productos afectados son todos los refrescos o sodas, bebidas de néctar de frutas, bebidas deportivas, bebidas de té y café, bebidas energéticas, leches endulzadas, bebidas alternativas de la leche, batidos y bebidas de leche con zumo de fruta, bebidas vegetales y aguas con sabores.
Según recordó la Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), la nueva medida impositiva prevé dos subidas: una de 0,08 céntimos por litro, si el producto tiene entre 5 y 8 gramos de azúcar por cada 100 mililitros, y una de hasta 0,12 céntimos por litro, en caso de que la cantidad de azúcar supere los 8 gramos por cada 100 mililitros.
El secretario de Hacienda de la Generalitat, Lluís Salvadó, ha asegurado hoy que el nuevo impuesto sobre las bebidas azucaradas forma parte de una "nueva cultura" para "corregir" cuestiones de salud, por lo que "hay la voluntad" de aplicar un impuesto similar en otros productos con exceso de grasa y azúcar.
"El impuesto de bebidas azucaradas forma parte de una nueva cultura de impuestos. El impuesto queda enmarcado en la nueva corriente de usar los impuestos para corregir ciertos problemas que tiene la sociedad", ha señalado Salvadó en declaraciones a Rac1.
Para Salvadó, "El objetivo del Govern es corregir determinados hábitos, no tanto de los consumidores como de los propios fabricantes".
"Existe la voluntad de poner este impuesto sobre los alimentos con exceso de azúcar o de grasa", ha avanzado el secretario de Hacienda.
"Hoy, seguramente, no se notará que la bebida es más cara. El impuesto se empieza a repercutir a partir de la fecha que el punto de venta ha comprado el producto al distribuidor", ha aclarado Salvadó, para quien "la idea es que el consumidor pague el impuesto (...) para que se produzca un cambio de hábitos del consumidor".
EL GOBIERNO CENTRAL LO TIENE EN ESTUDIO POR SI SE DESVÍA EL DÉFICIT
El Gobierno español remitió este sábado a Bruselas la actualización del Programa de Estabilidad Presupuestaria 2017-2020, en el que señala que si a lo largo del ejercicio se produjese algún riesgo de desviación del objetivo de déficit aprobaría los impuestos medioambientales y el impuesto sobre las bebidas azucaradas para asegurar el cumplimiento de la meta de déficit del 3,1%.
Así figura en la actualización del Programa de Estabilidad 2017-2020, enviado este sábado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad a la Comisión Europea junto al Plan Nacional de Reformas 2017, en el que señala que si a lo largo del ejercicio los datos de ejecución presupuestaria, mostrasen algún riesgo de desviación del objetivo, se adoptarían las medidas ya comprometidas en la actualización del Plan Presupuestario remitido en diciembre.
En concreto, el Gobierno pondría en marcha los impuestos medioambientales y el impuesto sobre las bebidas azucaradas, con los que prevé que ingresaría unos 300 y 200 millones de euros, respectivamente.
No obstante, destaca que, conforme a la evolución de las principales variables fiscales, España cumplirá el objetivo de déficit de 2017 fijado en el 3,1% del PIB, así como con el ajuste estructural requerido. "Esto es posible gracias a las medidas adoptadas hasta ahora, en particular las aprobadas en diciembre de 2016, y a la contención del gasto público deriva de la aplicación de la regla de gasto", explica en el documento.