Las pérdidas de Wall Street, la situación de la banca italiana y la desconfianza respecto al cumplimento de los ajustes que se exigen a Grecia, con notable incidencia en el mercado de deuda, afectaron a la bolsa española, que bajó hoy el 1,31 por ciento y concluyó al borde de 9.800 puntos.
Así, el índice selectivo de la bolsa española, el IBEX 35, bajó 129,90 puntos, el 1,31 por ciento, hasta 9.812,70 puntos, nivel de comienzos de enero, con lo que vuelve a registrar pérdidas respecto al cierre de 2010 con una caída del 0,47 por ciento. En la semana baja el 3,18 por ciento.
En Europa, con el euro a 1,418 dólares, excepto Londres, que subió el 0,41 por ciento, bajaron Milán, el 1,61 por ciento; el índice Euro Stoxx 50, el 0,55 por ciento; Fráncfort, el 0,39 por ciento; y París, el 0,08 por ciento.
La bolsa española empezó la sesión con ganancias notables que le acercaban al nivel de 10.100 puntos, gracias al acuerdo de anoche del Consejo Europeo para ayudar a Grecia.
Este apoyo y la escasa caída de Wall Street en la víspera, el 0,5 por ciento, así como la inesperada subida de la confianza empresarial alemana en junio (índice IFO), sostenían a la bolsa española sobre el nivel de 10.000 hasta antes del mediodía.
Sin embargo, la tendencia bursátil cambió por la amenaza de la agencia de medición de riesgos Moody's de rebajar la calificación de varios bancos italianos y por el capital que necesitarían algunas entidades de Italia por las pruebas de solvencia.
Además, se dudaba de la capacidad de Grecia para aprobar las reformas y se hablaba de la oposición a las mismas de algunos miembros del partido gubernamental.
Cambiaba la situación en el mercado de deuda -la prima de riesgo pasaba en esta sesión de 265 a 285 puntos básicos- y la bolsa española descendía hasta 9.800 puntos.
Con el recorte del 3,8 por ciento, hasta algo más de 117.000 millones, del techo de gasto en España y la publicación de varias estadísticas estadounidenses, la bolsa nacional intentaba recuperar el nivel de cierre del jueves.
Antes de la apertura de Wall Street se conocía el aumento del 1,9 por ciento del PIB estadounidense en el primer trimestre del año, más de lo esperado, y la misma cifra los pedidos de bienes duraderos en mayo.
Sin embargo, el mercado neoyorquino incrementaba sus pérdidas, bajaba de 12.000 puntos con un descenso cercano al 1 por ciento, y la bolsa española descendía de 9.800 puntos en algunos momentos, aunque cerraba sobre esa cota pero no podía evitar situarse en un nivel inferior al del cierre de 2010.
Todos los grandes valores bajaron: Banco Santander, el 1,42 por ciento; Repsol, el 1,21 por ciento; Iberdrola, el 1,16 por ciento; Telefónica, el 1,11 por ciento, y BBVA, el 1,07 por ciento.
En la semana destacó la pérdida del 5,75 por ciento de BBVA, que anunció la próxima realización de una ampliación de capital, en tanto que Banco Santander cedió el 5,55 por ciento; Telefónica, el 2,36 por ciento; Iberdrola, el 2,24 por ciento, y Repsol, el 1,76 por ciento.
La mayor caída del IBEX correspondió a Ferrovial, el 4,21 por ciento, seguida de OHL, que bajó el 3,73 por ciento, mientras que Criteria cayó el 3,34 por ciento. También registraron pérdidas superiores al 3 por ciento Sacyr, Mapfre, Bankinter y Abengoa.
Sólo dos compañías del IBEX concluyeron con ganancias: ArcelorMittal, que subió el 0,76 por ciento, y Acerinox, con un alza del 0,25 por ciento, animadas por la recuperación de la confianza empresarial alemana. Enagás repitió cotización.
En cuanto a la evolución semanal de las empresas del IBEX, bajaron treinta y una y subieron cuatro. La mayor caída correspondió a Gamesa, el 11,94 por ciento, a pesar de refinanciar su deuda, en tanto que la aerolínea IAG lideró las ganancias al subir el 3,58 por ciento, por la bajada del petróleo Brent (se cambiaba a 107 dólares en esta jornada).
En el mercado continuo destacó la bajaba del 5,17 por ciento de Inmobiliaria Colonial, mientras que Prisa comandó las ganancias con un alza del 5,8 por ciento por sus planes de venta de activos.
La rentabilidad del bono español a diez años subía cinco centésimas antes del cierre del mercado de deuda, hasta el 5,68 %, en tanto que el diferencial con la deuda alemana se situaba en 285 puntos básicos.
Se negociaron 4.510 millones en el mercado continuo, de los que cerca de 2.200 procedieron de operaciones efectuadas por grandes inversores.