Los ministros de Economía de los Veintisiete han admitido este sábado que la UE todavía no ha dejado la crisis atrás y que persisten "riesgos importantes" para la recuperación, especialmente las tensiones en los mercados de deuda y la subida de los precios del petróleo y de las materias primas.
"Todavía no hemos dejado atrás la crisis del todo. Pese a todo el trabajo duro para combatirla, persisten aún riesgos importantes en el horizonte", ha dicho el ministro húngaro de Finanzas, Gyorgy Matolcsy, al término de la reunión, en la que los Veintisiete han escuchado el diagnóstico del secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, y del número dos del Fondo Monetario Internacional, John Lipsky.
La receta de la UE para reducir la incertidumbre es "continuar los ajustes para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas", realizar test de estrés a los bancos que sean "transportes y creíbles" y tener preparadas ayudas públicas para los que suspendan y realizar reformas estructurales, ha explicado el ministro.
A medio y largo plazo, la UE debe adoptar medidas para afrontar el problema del envejecimiento y el declive de la población. "De lo contrario, corremos el riesgo de pasar de una crisis corta a otra de largo plazo", ha avisado el ministro húngaro.
Por su parte, el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha afirmado que la recuperación de la economía europea "está ganando velocidad y empieza a ser autosostenible", pero sigue siendo "desigual" y está "rodeada de incertidumbres" por la crisis de deuda, las revueltas en el norte de África y el terremoto y el desastre nuclear en Japón.
Estas incertidumbres "no van a hacer descarrilar la recuperación", pero resulta necesario "contener las turbulencias en los mercados financieros para proteger la recuperación y garantizar que el empleo mejore". Ese es el objetivo, según ha dicho Rehn, del rescate de 80.000 millones de euros que se concederá a Portugal.
También el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, ha subrayado que existen "riesgos a la baja" para las perspectivas de crecimiento. Asimismo, predominan los riesgos al alza para la inflación, por lo que el BCE ve fundamental "evitar los efectos de segunda ronda" en salarios y precios y anclar las expectativas de inflación. El Banco subió el pasado jueves un cuarto de punto los tipos de interés, hasta situarlos en el 1,25%.
"Necesitamos test de estrés muy, muy sólidos y creíbles", ha reclamado Trichet.