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El líder de UGT, Pepe Álvarez, ha acusado hoy al Gobierno y a los empresarios de "cerrazón" a negociar mejoras laborales y salariales, y ha advertido de que si no hay avances y acuerdos, la posibilidad de convocar una huelga general "está abierta, nunca se ha cerrado".

En un encuentro informativo en la sede del sindicato, Álvarez ha reconocido que la negociación con el Gobierno, CEOE y Cepyme está instalada en el "día de la marmota" y de cara a negociar la derogación de la reforma laboral ha hecho un llamamiento "sincero" a al partido socialista que, ha dicho, "debe ser consciente de que les necesitamos".

El secretario general del sindicato ha explicado que habrá un aumento de la conflictividad porque UGT no se va a resignar a que no se repartan parte de los beneficios que se generan en este país.

Álvarez ha comentado que el "fondo" de las movilizaciones irá de la mano del debate de presupuestos y ha insistido en que, sin lugar a dudas, éstas seguirán adelante y serán de "más calado" ya que no hay posibilidad de cerrar los convenios colectivos con el acuerdo.

En este sentido, el líder de UGT ha lamentado que se hayan "decapitado" las normas de negociación colectiva, ya que los convenios ahora "no se pueden negociar, como se negociaban".

ADVIERTE A CEOE DE QUE NO FIRMARÁ UN PACTO DE CONVENIOS SIN BANDAS SALARIALES

Pepe Alvarez ha advertido a la CEOE de que su sindicato no firmará un acuerdo de negociación colectiva que no incluya bandas salariales, y ha añadido que, sin ellas, "mejor que no haya acuerdo" aunque eso obligue a los sindicatos a pelear las subidas salariales convenio a convenio e implique un aumento de la conflictividad laboral. "No pasa nada si no hay acuerdo, porque para ir a un acuerdo sin bandas salariales, mejor que no haya acuerdo. No vamos a dejar que el 0% sea una opción porque las empresas están ganando dinero", ha explicado el dirigente de UGT en un desayuno con periodistas en la sede del sindicato.

UGT, junto a CC.OO., han demandado para 2017 un incremento salarial de entre el 1,8% y el 3%. Los empresarios no les han facilitado todavía ninguna banda salarial aunque en varias ocasiones han señalado que podrían firmar "hasta un 1,5%". Para Alvarez, esta posición resulta inaceptable teniendo en cuenta que se partiría del 0% y el máximo de subida salarial sería sólo del 1,5% en una situación económica bien distinta a la de 2016, donde este porcentaje era el tope.

El líder de UGT cree que el margen para negociar es amplio, pero no ve a la patronal dispuesta a mover ficha. Tampoco al Gobierno. A ambos les ha acusado de instalarse en una especie de "cerrazón" que está impidiendo llegar a acuerdos para mejorar el sistema de relaciones laborales en España. "Hay una cerrazón en el Gobierno y en la CEOE que hace inviable la negociación y no se han dado cuenta de que en el Parlamento las cosas han cambiado y de que el PP no tiene mayoría absoluta", ha subrayado.

Así, espera que a medida que la nueva composición de fuerzas en el Parlamento vaya permitiendo cambiar las cosas, incluidos algunos aspectos de la reforma laboral, la CEOE "se ablande un poquito", se avenga a negociar "y se enganche a las reformas".

Pero no sólo la CEOE, también el Gobierno. El Ejecutivo necesita apoyos para sacar adelante los Presupuestos Generales de Estado (PGE) para 2017 y ahí, en el trámite parlamentario de las cuentas estatales, es donde UGT quiere situar algunas batallas, como la de las pensiones, para las que exige una subida del 1,2% y una cláusula de revalorización automática para que no pierdan poder adquisitivo.

"ESTAMOS EN EL DIA DE LA MARMOTA"

Lo cierto, según Alvarez, es que, por el momento, no hay negociaciones, ni con el Gobierno ni con la patronal. A finales de noviembre se acordó la apertura de tres mesas tripartitas que aún no han empezado a trabajar. Se aprobó la subida del salario mínimo, de las pensiones y de la reforma de la Garantía Juvenil sin acuerdo con los agentes sociales y se ha superado el plazo que se dio inicialmente para adaptar a la legislación española la sentencia europea sobre la equiparación de las indemnizaciones entre temporales e indefinidos.

"Estamos como en el día de la marmota. Es como si hubiera mucho interés en vernos y fotografiarnos y después todo va despacio y no hay soluciones", ha señalado Alvarez, quien pese a todo "no cierra la puerta" a la negociación.

EL PSOE, FUNDAMENTAL PARA LOS SINDICATOS.

Los sindicatos quieren seguir movilizándose, como hicieron el pasado mes de diciembre, para que la presión desde la calle ayude a que la patronal y el Gobierno se sienten a negociar y a que sus reivindicaciones tengan respaldo en el Parlamento. Y ahí, UGT quiere que esté el PSOE. "Yo no concibo que ningún partido político, y menos el PSOE, se descuelgue de las reivindicaciones de la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país", ha apuntado el líder de UGT, que ha hecho un llamamiento "sincero y constructivo" para que los partidos de izquierda se entiendan en el Parlamento y den salida a las reivindicaciones de los trabajadores.

"No voy a criticar a Podemos por convocar una huelga general, eso a nosotros hasta nos viene bien, porque lo que nos interesa es avanzar, sumar. Y en estos momentos la posición del PSOE es importantísima en nuestras reivindicaciones y no vamos a hacer nada que impida que vaya a estar de nuestro lado. Lo que interesa a UGT es que el PSOE forme parte del bloque que necesitamos para conseguir nuestros objetivos. Tender puentes, no destruirlos", ha añadido.

Alvarez cree que, con el actual juego de fuerzas parlamentarias, "va a ser un año de recuperación de derechos, de cambios en profundidad en las relaciones laborales y de recuperación de políticas sociales". "Es un tiempo en el que podemos conseguir grandes cosas", ha concluido.