El director del Instituto de Macroeconomía y Finanzas (IMF), David Taguas, ha alertado de que el déficit público podría cerrar el año en el 8,3%, dos puntos por encima del objetivo pactado con la Unión Europea (6,3%).
En la última publicación del IMF, Taguas asegura que el déficit podría quedarse en el 8,3% después de haberse reducido un 20% en
último trimestre por la subida de IVA y la eliminación de la paga extra a los funcionarios, ya que al cierre del tercer trimestre seguía en el 9%.
Según Taguas, la evolución de las cuentas es "preocupante", puesto que en los tres primeros trimestres del año el déficit no se ha reducido "en absoluto", incluso sin tener en cuenta las ayudas a la banca, que en 2012 suponen ya un punto de PIB. "Continúa imperturbable", afirma.
Por otro lado y a pesar del superávit registrado en el tercer trimestre en la balanza por cuenta corriente y la capacidad de financiación frente al resto del mundo, Taguas asegura que en los
últimos doce meses la economía española continúa presentando un déficit corriente del 2,3% y una necesidad de financiación del 1,8% del PIB.
La persistencia de este déficit corriente constituye, a su parecer, un hecho diferencial de la economía española, que pone de manifiesto su alta dependencia del ahorro externo.
"A pesar de que la inversión se ha reducido en 10,8 puntos desde el inicio de la crisis, con efectos devastadores sobre la actividad y el empleo, no se ha conseguido cerrar el déficit corriente ni la necesidad de financiación", advierte el expresidente de la oficina económica de presidencia del Gobierno.
La explicación, según Taguas, es que la tasa de ahorro nacional también se ha reducido en 3,2 puntos desde el inicio de la crisis, lo que tiene consecuencias "extraordinariamente graves", porque cuestiona la factibilidad del desapalancamiento de la economía y la recuperación de la actividad y el empleo.
CRITICAS A LA FISCALIDAD DEL AHORRO
Esto se debe, en parte, a la política fiscal penalizadora del ahorro impulsada desde 2010 que Taguas considera "una temeridad y absolutamente contraproducente", ya que la presión a la baja de los precios de los activos en la periferia y al alza en las economías de centro y Norte ha desestabilizado a la Unión Económica y Monetaria (UEM).
Las consecuencias de esta "errónea" política fiscal en un entorno dominado por la incertidumbre sobre el euro y las dificultades para financiarse han sido, según Taguas, que el ahorro de las familias se encuentre en mínimos históricos del 5,7%, intensificado por la evolución del ahorro público, también en mínimos históricos del -5,6%, cifra idéntica a la registrada en el "dramático" primer trimestre de 2010.
Taguas afirma que esto tiene "importantes consecuencias" en la reducción del déficit público que se ha llevado a cabo desde marzo de 2010, de 2,5 puntos, que coincide con la caída de la inversión pública, pero no ha supuesto un aumento del ahorro público, lo que "cuestiona el proceso de consolidación fiscal".