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España ha concedido un total de 58.996 millones de euros en ayudas directas a la banca desde el comienzo de la crisis, mientras que las recuperaciones se sitúan en 4.837 millones de euros, lo que supone apenas el 8,2% del total. Así lo explicó el presidente del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), Jaime Ponce, durante su comparecencia ante la Comisión de Economía y Competitividad del Congreso de los Diputados.

En concreto, la inyección del Frob alcanza los 54.353 millones, a lo que suma la aportación a la Sareb, que suponen otros 2.192 millones de euros. Esto arroja un saldo de 56.545 millones de euros. Pero esta cifra se ve aumentada hasta los citados 58.996 millones con el apunte de la estimación de las pérdidas por los Esquemas de Protección de Activos (EPAs) y las garantías que suponen 2.451 millones de euros.

No obstante, el responsable del Frob explicó que las ayudas definitivamente recuperadas dependerán de la evolución y desinversión final de las entidades participadas (BFA-Bankia, BMN y Sareb), así como de la amortización final y pago de intereses de los bonos convertibles ( cocos ) en circulación (CEISS y Caja3-Ibercaja) y de las desviaciones que pudieran producirse en el coste final de las garantías otorgadas.

Ponce apuntó que para completar esta cifra habría que añadir los 19.607 millones de euros aportados por el Fondo de Garantía de Depósitos, que se nutre de la aportación de las propias entidades de crédito.

Adicionalmente, desde el comienzo de la crisis se ha apoyado la liquidez de las entidades mediante avales del Estado y líneas extraordinarias por valor de 177.976 millones de euros. De esta cifra, prácticamente la totalidad se ha recuperado con sus correspondientes intereses y el saldo que queda vivo corresponde a los bonos de la Sareb por 50.781 millones de euros, de los que se han amortizado 7.305 millones.

Por el lado de las recuperaciones, Ponce repitió que la cuantificación del coste final de las ayudas públicas depende de la venta final de las participaciones en Bankia y BMN, "algo que como digo es muy difícil de estimar, máxime teniendo en cuenta la volatilidad de los mercados".

Por último, el presidente del Frob subrayó que estas cifras se refieren a las cuantías empleadas directamente en los procesos de reestructuración. Así, puso como ejemplo unos 1.500 millones de euros como gastos financieros, otros 110 millones por compensaciones al Fondo de Garantía de Depósitos o los gastos derivados de la contratación de informes de valoración, representantes de las entidades, notarías y otros asesoramientos que alcanzaría la cifra de 28 millones de euros.

Ponce ha recalcado, que con la perspectiva del tiempo transcurrido, los objetivos por los que se produjo la movilización de recursos públicos han sido "razonablemente satisfechos" ya que se ha estabilizado el sistema financiero y se ha protegido a los depositantes. "Se ha restaurado la confianza que era indispensable para el correcto funcionamiento del sector financiero, lo que indudablemente ha contribuido positivamente en la evolución económica general", ha afirmado.