España se convertirá a mediados de siglo en el segundo país más envejecido de la OCDE, después de Japón, un fenómeno que agravará el preocupante escenario para la tercera edad y que amenaza sus avances en el terreno económico, en contra de lo que ha ocurrido en las últimas décadas. Este es el panorama que dibuja la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en un informe presentado hoy en el que considera que los políticos tienen que actuar "urgentemente" para afrontar los retos que plantean este envejecimiento y la evolución del mercado laboral.