El primer ministro de Italia, Mario Monti, mantiene reuniones hoy con los representantes de los principales partidos políticos para explicarles las medidas que adoptará en el nuevo plan de ajuste cifrado en unos 25.000 millones de euros y que aprobará el lunes en Consejo de Ministros.
Monti expuso a primera hora su plan de reformas económicas al llamado Tercer Polo, formado por los partidos Alianza para Italia (API), Unión de Demócratas y Cristianos (UDC) y Futuro y Libertad (FLI), para después hacerlo con el Pueblo de la Libertad (PDL) del ex primer ministro Silvio Berlusconi, y al Partido Demócrata (PD).
La ronda de consultas se debe a que una vez aprobado el plan de ajuste por decreto en el Consejo de Ministros, Monti deberá someterlo a votación en la Cámara de Diputados y en el Senado.
El presidente del Gobierno de Italia tiene previsto adoptar, entre otras medidas, un nuevo impuesto sobre los barcos y bienes de lujo, así como una tasa patrimonial sobre la segunda y tercera propiedad inmobiliaria, y la reintroducción del impuesto sobre bienes inmuebles a la primera vivienda.
Esta última podría asegurar 3.500 millones de euros, pero el impuesto sobre el patrimonio cuenta con el rechazo frontal del ex primer ministro Silvio Berlusconi y del PDL, que cuenta con el mayor número de escaños en el Parlamento y cuyo voto es clave para que Monti consiga aprobar sus reformas.
Asimismo, Monti está dispuesto a cambiar la nueva modificación del sistema de pensiones con el aumento de 40 a incluso 43 el mínimo de años cotizados para poder percibir la pensión de "antigüedad" sin recurrir al sistema de cuotas, además de una subida del IVA, según los medios.
El nuevo paquete de reformas, conocido como "equidad-crecimiento-rigor" según Monti, está encaminado a "estimular el crecimiento y contener la enorme deuda pública" e incluirá reformas estructurales, para centrar el equilibrio fiscal para el 2013.
Por lo pronto, el primer ministro se ha ganado los votos del Tercer Polo, cuyos representantes confirmaron su apoyo al plan de ajuste a la salida de la reunión.
A su salida de la reunión con Monti, el líder del UDC, Pierferdinando Casini, dijo que su grupo asegura su solidaridad "vigilante" al presidente del Consejo, de quien opinó que tiene que hacer frente a medidas atrasadas hace tiempo, "que los Gobiernos de derechas y de izquierdas no tuvieron el coraje de hacer".
Por su parte, Francesco Rutelli, líder de API, pidió a Monti, según explicó tras el encuentro, que recorte los costes de la política porque es "necesario en un momento en el que se exige sacrificios a todos"
El portavoz de FLI, Bendetto della Vedova afirmó que las medidas "son amargas", pero indispensables para salir de la crisis internacional.
Uno de los partidos convocados a la reunión en la sede de la presidencia del Gobierno, fue también Italia de los Valores (IDV), liderado por el exmagistrado Antonio de Pietro, que rechazó la invitación.
La razón de su ausencia la dio ayer Di Pietro: "IDV ha dado su confianza al Gobierno Monti, pero es una confianza técnica por lo que pediremos podernos encontrar en el Parlamento, en las sedes propias donde se ilustran las medidas".