El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se entrevistará este lunes en Berlín con la canciller alemana, Angela Merkel, con quien diseña el armazón del nuevo tratado europeo y mantiene una polémica por sus diferencias ante la puesta en marcha de la denominada tasa Tobin sobre las transacciones financieras.
Sarkozy tiene previsto llegar a la cancillería en la capital alemana a las 11.30 locales (10.30 GMT) y conversar dos horas con Merkel.
Ambos políticos discrepan por la voluntad de París de aplicar rápido, incluso unilateralmente, el impuesto sobre las transacciones financieras.
El Gobierno francés, en un gesto con evidentes intenciones electorales, se desmarcó el pasado viernes del proceso de concertación europeo y anunció que este mismo mes tomará una decisión sobre ese mecanismo presentado anti-especulación.
El mismo Sarkozy lo justificó -"no esperaremos a que todos los demás estén de acuerdo para aplicarla"- tras haber recibido la visita del presidente del Consejo italiano, Mario Monti, que aunque apoya el principio de la tasa, pidió que se lleve a cabo en el marco europeo, con sus procedimientos y que los países "no vayan en solitario".
El Ejecutivo alemán tampoco tardó en reaccionar para recordar, a través de su portavoz ese mismo día, su posición: "el objetivo es lograr la instauración de una tasa en la Unión Europea".
El primer ministro británico, David Cameron, dijo hoy que está dispuesto a vetar cualquier intento por establecer un impuesto a las transacciones financieras en la UE porque puede perjudicar el mercado laboral.
También hoy, el secretario de Estado francés de Vivienda, Benoist Apparu, confirmó que en febrero se adoptará un texto en Consejo de Ministros para que, como avanzó el viernes el titular de Finanzas, François Baroin, ese nuevo impuesto entre en vigor antes de fin de año.
Apparu replicaba a un comunicado de las empresas de la plaza financiera francesa, representadas por París Europlace, que había advertido de que ese nuevo impuesto "si no fuera europeo, debilitaría la economía francesa".
"Una tasa que sancionara específicamente la industria financiera francesa, sería inapropiada", alertó este conjunto de actores del sector, que además puntualizó que si la base impositiva fuera "demasiado general, presentaría riesgos de distorsiones importantes y sin efecto sobre la especulación".
París Europlace, de entrada ya temía una huida de una parte de su negocio a Londres, puesto que el Reino Unido ya ha dicho que no adoptará ese impuesto y no quiere que se utilice el entramado institucional de la Unión Europea para llevar adelante el proyecto.
Pero ante la idea de que sólo se aplique en Francia, dijo que acarrearía una "deslocalización ineludible de las actividades de bancos, aseguradoras y sociedades de gestión en beneficio de las grandes plazas financieras mundiales".
Otro punto de fricción entre París y Berlín es el papel que debe tener el Banco Central Europeo (BCE) para evitar que se desboque la crisis de la deuda que ha disparado los tipos de interés que tienen que pagar países como Italia y España cuya suspensión de pagos haría saltar por los aires la eurozona.
Tras la visita de Sarkozy, Merkel recibirá en Berlín a Monti, al que Francia y Alemania tienen particular interés en respaldar -dado la fragilidad de Italia y su dimensión sistémica- para que siga adelante con los ajustes que ha puesto en marcha en los últimos dos meses desde que sustituyó al turbulento Silvio Berlusconi.
De hecho, los tres líderes participarán en una mini-cumbre el día 20 en Roma, como ya lo hicieron en diciembre en Estrasburgo, para preparar el encuentro del Eurogrupo del 23 pero sobre todo el Consejo Europeo de una semana después del que debe salir el nuevo tratado.