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El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió de que la "abultada" deuda de las empresas en Italia, Portugal y España, sumada a la "debilidad" de los bancos en esos países, es uno de los principales obstáculos al flujo del crédito y a la recuperación económica.

"Cerca del 50% de la deuda en Portugal, el 40% en España, y el 30% en Italia está en manos de empresas (...) que serían incapaces de hacer frente a sus deudas a medio plazo a menos que hagan ajustes como una reducción de la deuda, de los costes operativos o de los gastos de capital", señala el Fondo en su informe de Estabilidad Financiera.

El director del Departamento de Asuntos Monetarios del FMI, José Viñals, subrayó durante la presentación del documento que esta elevada deuda "puede afectar al sistema bancario a través de pérdidas en los préstamos a empresas".

Pese a ello, el Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que la banca española cuenta con provisiones suficientes para hacer frente a un posible deterioro de su cartera de préstamos a empresas en un escenario adverso, según recoge en el primer capitulo de su 'Informe Global de Estabilidad Financiera' (GFSR por sus siglas en inglés).

Según los cálculos del Fondo, las provisiones de los bancos de España permitirían hacer frente a estas pérdidas (que en el peor escenario alcanzarían los 104.000 millones de euros), mientras que Italia (125.000 millones de euros, en el peor escenario) y Portugal (20.000 millones de euros) agotarían sus provisiones.

Para afrontar esos problemas, el organismo internacional insta a un "enfoque integral" en la zona del euro que incluya nuevos avances en "el proceso de unión bancaria, mejoras en el sistema de resolución de entidades o compañías especiales de gestión de fondos que reestructuren la deuda".

Asimismo, remarca el complicado contexto en el que se produce el desendeudamiento de las empresas en estos países, que han venido reduciendo notablemente el pago de dividendos y sus gastos de capital desde 2012. "Aunque el desendeudamiento es necesario, demasiados recortes de capital pueden seguir socavando las perspectivas de crecimiento" en la periferia del euro, agrega el informe del Fondo.

Según destaca el FMI, tras varias revisiones de la calidad de sus activos y pruebas de estrés, el sector bancario español ha incrementado "significativamente" sus provisiones, especialmente la relativa a su exposición a los sectores inmobiliario y de la construcción.

Los peor parados en este ejercicio son los bancos italianos, ya que, a diferencia de los españoles, sus pérdidas ascenderían a 125.000 millones de euros, mientras que sus provisiones son sólo de 53.000 millones. En el caso de Portugal, cuenta con provisiones por valor de 12.000 millones de euros, cuando sus pérdidas serían de 20.000 millones de euros.

El FMI cree que este deterioro puede absorber gran parte de los futuros beneficios de los bancos, y subraya que, pese a los recientes esfuerzos para evaluar la calidad de los activos e impulsar las provisiones y el capital, son "vitales" nuevos esfuerzos para sanear los balances y avanzar hacia una unión bancaria.

LAS DIFICULTADES SE CONCENTRAN EN LAS PYMES

"En el caso de España hay buenas noticias, porque el nivel de provisiones (de los bancos) es suficiente para enjugar cualquier pérdida derivada de la posible morosidad de las empresas", afirmó Viñals en un breve encuentro con periodistas españoles tras la publicación del informe de Estabilidad Financiera Global.

Asimismo, atribuyó "la mejora relativa" de la situación en España a la existencia del Sareb, el "banco malo", que "ha cumplido una función muy importante para extraer de los bancos los préstamos ligados al sector inmobiliario y darles un tratamiento concreto".

En el informe, el Fondo señala que "cerca del 40% de la deuda corporativa está en manos de empresas (...) que serían incapaces de hacer frente a sus deudas a medio plazo a menos que hagan ajustes como una reducción de la deuda, de los costes operativos o de los gastos de capital".

Viñals destacó que estas dificultades se concentran, especialmente, "en pequeñas y medianas empresas".

Por ello, indicó que estas empresas "tienen que acometer procesos de reducción de costes, y que Europa tiene que continuar luchando contra el actual grado de fragmentación", para que las empresas de la periferia del euro "tengan menores tipos de interés en relación a sus deudas".

Para aquellas "que no sean capaces de hacer frente al servicio de deuda, tendrá que haber procesos de reestructuración", concluyó Viñals.