La unidad de inteligencia financiera española, el Sepblac, dependiente del Ministerio de Economía, inspeccionó durante meses a Banco Madrid y concluyó que la entidad pudo ayudar al lavado de dinero, justo antes de que Estados Unidos alertara de su matriz, el andorrano BPA.Según han explicado fuentes próximas al proceso, el Sepblac tenía puesto el foco en Banco Madrid desde hacía tiempo porque su único accionista tenía sede en Andorra y, además, la entidad se dedicaba al negocio de banca privada, considerado de riesgo alto por la normativa internacional de prevención de blanqueo de capitales.