El Estado francés y el fabricante chino Dongfeng formalizaron el acuerdo con PSA Peugeot Citroën para entrar en el capital del constructor francés de automóviles con un 14% de participación cada uno.
El "acuerdo marco sobre el aumento de capital del grupo PSA Peugeot Citroen" se oficializó en una ceremonia en el Palacio del Elíseo de París con motivo de una reunión del presidente francés, François Hollande, con su homólogo chino, Xi Jinping.
Tanto el Estado galo como el nuevo accionista chino pondrán 800 millones de euros para tener cada uno el 14% de participación, y estar así al mismo nivel que el accionista histórico, la familia Peugeot, que pasará de controlar en solitario la compañía a tener que compartir el poder.
Se hará a través de una ampliación de capital de 3.000 millones de euros y escalonada en varias fases, acompañada de la renovación de una línea de crédito por un monto de 2.700 millones de euros condicionada a la primera operación, con el objetivo de "reforzar la estructura de balance y la liquidez".
Antes de que la ampliación de capital se pueda llevar a cabo, la operación deberá ser validada en la junta de accionistas adelantada al próximo 25 de abril.
Se trata de sacar a PSA de las dificultades financieras que atraviesa -encajó más de 7.000 millones de euros de pérdidas en los dos últimos años-, lanzar una serie de "inversiones estratégicas" mediante una ofensiva comercial para triplicar en el horizonte de 2020 el volumen de vehículos vendidos por la filial común con Dongfeng, DPCA: de los 557.000 matriculados en 2013 a 1,5 millones.
Dongfeng y PSA crearán un centro de investigación en China dedicado al desarrollo de productos y tecnologías dirigidos a mercados emergente, como el chino.
Además, pondrán en marcha una nueva filial común encargada de la venta de vehículos de las marcas Peugeot, Citroen y Feng Shen (que es la de DPCA) en el sureste asiático y "potencialmente en otros mercados en crecimiento".
Gracias a la alianza, los dos socios esperan realizar cada uno 400 millones de euros de sinergias industriales al año en el horizonte de 2020.
El ministro francés de Finanzas, Pierre Moscovici, subrayó que "es una operación histórica en las relaciones entre Francia y China" y "la mayor inversión china en Francia", que viene a reforzar la alianza que PSA y Dongfeng establecieron en 1992.
"Es emblemático de una alianza que queremos ejemplar" y "una prueba suplementaria del atractivo de Francia en el mundo", destacó Moscovici en conferencia de prensa.
El presidente de Dongfeng, Xu Ping, dijo por su parte que su entrada en el accionariado de PSA va a permitir a ambas partes "ser más competitivas en el mercado internacional".
"PSA ofrece ventajas en el diseño, en la innovación y el desarrollo. Dongfeng conoce muy bien el mercado chino y tiene allí capacidades de producción", argumentó.
Preguntado sobre la primera decisión de la nueva alianza, el todavía presidente de PSA, Philippe Varin, respondió que "estamos estudiando una cuarta factoría" de DPCA para poder cumplir la meta de 1,5 millones de coches para 2020.
Otro de los retos que se plantea desde el primer momento -añadió Varin- es el arranque de una nueva filial común con la que los dos socios van a tratar de conquistar otros mercados en el sudeste asiático.
Para dirigir la nueva etapa, PSA ha elegido como presidente del consejo de vigilancia a un ejecutivo con una sólida trayectoria empresarial, Louis Gallois, que fue "número uno" del gigante europeo EADS y que conoce bien los engranajes del poder y de la administración en Francia.
El responsable ejecutivo del grupo automovilístico pasa a ser, en sustitución de Philippe Varin, Carlos Tavares, que tiene una gran experiencia en el sector al haber sido "número dos" en su directo competidor, Renault.