El presidente de la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke, mencionó hoy la posibilidad de aprobar otro estímulo monetario para la economía del país, si la situación lo requiere, y alertó de las graves consecuencias de una eventual suspensión de pagos.
En su informe semestral al Congreso sobre la política monetaria, que se inició con una audiencia ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, Bernanke dijo que el banco central estadounidense examina "varios medios no probados todavía" para estimular el crecimiento si se deterioran las condiciones económicas.
La economía de Estados Unidos creció entre enero y marzo a un ritmo anual del 1,9%, después de un ritmo de crecimiento del 3,1% en el último trimestre de 2010. El desempleo se mantiene por encima del 9% desde hace casi 40 semanas, el período más largo registrado, cuando han pasado dos años desde que terminó la recesión más profunda y prolongada en casi ocho décadas.
En su intervención Bernanke enumeró algunas de las opciones que el banco central está sopesando para impulsar el crecimiento económico, si fuera necesario.
Una de las opciones, según Bernanke, es que la entidad "presente una orientación más explicita" de su política monetaria, en vez de mantener, como desde hace dos años, que los tipos de interés seguirán siendo bajos "por un período extenso".
La Reserva Federal ha mantenido la tasa de interés de referencia por debajo del 0,25% desde diciembre de 2008.
Otra opción, señaló el responsable, sería otra tanda de adquisiciones de activos, o que la Reserva Federal "amplíe el vencimiento promedio de nuestros títulos".
Finalmente, añadió, la Fed también podría reducir la tasa de interés de un cuarto de punto que paga a los bancos sobre sus reservas "lo cual añadiría presión para que bajen los tipos de interés a corto plazo".
Bernanke describió la reactivación económica de los últimos dos años como algo que ha continuado a ritmo moderado, con alto desempleo.
Recordó los medios que ha empleado la Reserva Federal para estimular el crecimiento de la economía, incluida la última tanda de compra de 600.000 millones de dólares (casi 424.000 millones de euros) en bonos del Tesoro que concluyó en junio.
El presidente de la Fed dijo a los legisladores que la Reserva Federal anticipa que la reactivación continuará a ritmo moderado, que el desempleo disminuirá "sólo gradualmente" y que la inflación se atenuará en los próximos meses.
Bernanke, quien procuró mantener la neutralidad en el debate ideológico, alertó de que "si la debilidad reciente de la economía persiste más de lo esperado, podrían resurgir los riesgos deflacionarios y eso requeriría más medidas de apoyo".
"La Reserva Federal está lista para responder si los desarrollos económicos indicaran que es apropiado un ajuste de la política monetaria", añadió.
Esta comparecencia tuvo lugar cuando el Congreso se halla enzarzado en un debate acerca de la necesidad de aumentar el endeudamiento nacional -cuyo límite de 14,3 billones de dólares se alcanzará el 2 de agosto-, para evitar la suspensión de pagos, y de reducir el déficit público, origen de la deuda, que este año llegará a 1,2 billones de dólares.
Bernanke insistió en la importancia de que el Congreso amplíe la capacidad de empréstito, pero se abstuvo de opinar sobre las varias propuestas de republicanos y demócratas para la disminución del déficit fiscal.
Afirmó que Estados Unidos seguirá pagando intereses sobre la deuda gubernamental, aunque el Congreso no llegue a un acuerdo que amplíe el empréstito autorizado antes del 2 de agosto.
"Hasta donde sea posible el Tesoro procurará mantener los pagos sobre el capital y los intereses de la deuda gubernamental, porque de no hacerlo se causará un enorme desorden en el sistema financiero, con impactos graves en la economía global", advirtió Bernanke.
Las respuestas de Bernanke a las preguntas de los legisladores confirman, por primera vez, que las autoridades estadounidenses hacen planes para encarar la insolvencia si fracasan las negociaciones para un aumento del empréstito.
Bernanke dijo que la mayor prioridad es asegurar que se pague puntualmente a los tenedores de bonos del Tesoro de EEUU.
Lo que sufrirá el impacto serán las prestaciones sociales e incluso los sueldos de los militares, señaló el funcionario.