El Banco Santander ha planteado hoy a los sindicatos un recorte de unos 1.500 empleos en los servicios centrales del grupo en España tras la compra del Banco Popular, al que se sumaría la reubicación de al menos 575 trabajadores en otras empresas del grupo.
Según han informado hoy a Efe fuentes sindicales, se verían afectados en total más de 2.000 empleados, un número que el sindicato CCOO entiende "demasiado elevado", aunque los empleos que se reducirían, ya sea con prejubilaciones o bajas incentivadas, estarían más próximos a los 1.500.
Los ajustes que se tengan que hacer después de aplicar las medidas de recolocación en el grupo tienen que contar siempre con la voluntariedad de los afectados, incide CCOO, que destaca que ésta se alcanza con la aportación de recursos que hagan atractivas las ofertas para salir de la entidad.
El Banco Santander, recuerdan, es una empresa con beneficios y "no puede en modo alguno" afrontar un ajuste de empleo con medidas traumáticas.
El pasado viernes, se iniciaron las negociaciones entre la entidad y los representantes de los sindicatos para definir el plan de integración de plantillas de los servicios centrales y sus unidades de apoyo de Santander España, Popular y el centro corporativo.
La entidad explicaba en su momento que los ajustes se hacían para "realizar sinergias y mejorar la eficiencia del negocio combinado", y prometía que actuaría bajo el criterio de meritocracia, "con la idea de aprovechar el mejor talento de ambas entidades".
El banco también aseguraba que hará "un esfuerzo especial para que las salidas que se produzcan" sean "en buenas condiciones, de acuerdo con los representantes de los trabajadores y aprovechando al máximo la movilidad interna hacia otras unidades del grupo".
Además, el Banco Santander contratará a una empresa de recolocación, que en anteriores procesos facilitó la ocupación al 80 % de quienes quisieron seguir trabajando.