El Banco de España ha revisado a la baja sus proyecciones de crecimiento para el periodo 2018-2020 como consecuencia del empeoramiento de la evolución de los mercados exteriores y por el encarecimiento del petróleo, y prevé ahora que el PIB crezca un 2,6% este año, una décima menos, y se desacelere al 2,2% en 2019 (dos décimas menos) y al 2% en 2020 (una décima menos).
De acuerdo con sus nuevas proyecciones macroeconómicas, la economía española continuará con la actual fase de crecimiento, alentada por los progresos conseguidos en el "restablecimiento" de los desequilibrios macrofinancieros, que han dotado a España de una "mayor capacidad de resistencia" ante perturbaciones adversas.
En este sentido, el Banco de España calcula que la economía creció entre julio y septiembre el 0,6 %, la misma tasa que en los tres meses anteriores, sostenida por la demanda interna y pese a la aportación ligeramente negativa del sector exterior.
La expansión del PIB continúa descansando en la demanda nacional, mientras que la contribución de la demanda externa habría sido "ligeramente negativa", en tanto que el empleo habría experimentado una cierta desaceleración.
A pesar de estas mayores fortalezas, la autoridad monetaria prevé una moderación del avance del PIB, en un contexto en el que las pasadas medidas de política monetaria tendrán un impacto favorable cada vez menos pronunciado, al tiempo que el actual tono expansivo de la política fiscal en 2018 tendrá a convertirse en neutral en 2019 y 2020. Además, espera que los hogares comiencen a revertir gradualmente el descenso pasado de la tasa de ahorro, lo que se traducirá en una cierta "moderación del consumo privado".
Con todo, el Banco de España espera que la economía española continúe registrando crecimientos "por encima de su tasa potencial", apoyada en el todavía tono acomodaticio de la política monetaria, y en el corto plazo, por las medidas de política presupuestaria recogidas en los Presupuestos Generales del Estado de 2018, como la subida de las pensiones y de los salarios de los funcionarios y la rebaja del IRPF.
UNA DECIMA MAS DE DEFICIT
Respecto a la ejecución presupuestaria, el Banco de España estima que este año el déficit público podría situarse en el 2,8%, una décima por encima del objetivo del Gobierno y de las proyecciones de junio, dado que espera que la desaceleración de la actividad en el tramo final del año tenga un cierto impacto en la recaudación tributaria. En 2019 el déficit disminuiría al 2,5% y al 2,2% en 2020, en ambos casos por encima de los escenarios que maneja el Gobierno.
En materia de inflación, contempla una desaceleración en los próximos trimestres del índice general, pero un repunte progresivo de la subyacente. En concreto, prevé un IPC armonizado del 1,8% este año, para moderarse hasta el 1,7% en 2019 y el 1,5% al año siguiente.
REDUCIR LA DEUDA Y NO REVERTIR ALGUNAS REFORMAS
El Banco de España lanza una advertencia al Gobierno: los "limitados" avances en la corrección del elevado endeudamiento público es un elemento "relevante de vulnerabilidad", y añade que en el actual "marco de incertidumbre" acerca de la política fiscal, las políticas de gasto e ingresos públicos deben ser compatibles con la necesidad de reducir la deuda pública y de generar un "cierto margen de maniobra" ante una eventual situación macroeconómica desfavorable.
Por último, apuesta por retomar una agenda de reformas estructurales dirigidas a favorecer un mayor grado de eficiencia en el funcionamiento de los principales mercados de factores y productos, corrigiendo aquellos aspectos del marco jurídico e institucional cuyo funcionamiento merma el potencial de crecimiento de la economía y, por otro lado, pide no revertir las reformas introducidas a raíz de la crisis que han favorecido la recuperación, las ganancias de competitividad y la "fuerte" creación de empleo.