Alrededor de 150 agricultores arrojaron este martes 200 kilos de tomate ante la sede de la Comisión Europea en Madrid para manifestar su rechazo al acuerdo de liberalización comercial con Marruecos, cuya ratificación se votará este jueves en la Eurocámara y que, en caso de ser aprobado, supondrá un "jaque mate" para la huerta española.
Con esta protesta, convocada por COAG, horticultores andaluces iniciaron una concentración bajo el lema 'En defensa de nuestra agricultura, no al acuerdo con Marruecos', que continuarán el miércoles y el jueves productores de Murcia, Comunidad Valenciana, Cataluña, Aragón, La Rioja y Navarra, entre otras zonas productoras.
"Este acuerdo perjudica fundamentalmente a España, que lo va a pagar caro. Se pone en riesgo la mitad de los empleos agrarios, más de 450.000 unidades de trabajo; un tercio de la producción agraria, 13.600 millones de euros anuales; y, sólo en el sector del tomate, se ponen en riesgo 3.500 jornales anuales en el campo español", dijo el secretario de Organización de COAG, Miguel Blanco.
Por este motivo, instó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a asumir este problema como una "cuestión de Estado" y a que "ponga todo su empeño político e institucional para que no se ratifique el acuerdo el 16 de febrero, trabajando con Francia, Alemania y el grupo popular europeo".
Según criticó Blanco, el nuevo protocolo facilita la importación "ingente" de producto marroquí, a pesar de que este país "ni es socio de la Unión Europea ni cumple con los parámetros" medioambientales, de seguridad alimentaria y sociolaborales que siguen los productores españoles y europeos.
"Pierden los consumidores europeos, los trabajadores marroquíes y se hunde el sector hortofrutícola español", advirtió el dirigente agrario, quien afirmó que un agricultor marroquí cobra 4,80 euros por jornal, frente a los 50 euros que se pagan en España.
"FAVORECE" A LA GRAN DISTRIBUCION
Además, afirmó que el acuerdo "está hecho para favorecer a un puñado de empresas de capital franco-marroquí, participadas por el Rey de Marruecos", así como a las grandes empresas de distribución, también de origen francés y alemán, que "compran producto barato y lo venderán caro a los consumidores".
COAG denunció asimismo el incumplimiento de los términos del acuerdo actualmente vigente y explicó que el nuevo protocolo "aumenta los contingentes de productos sensibles", como el tomate, el calabacín o la fresa; baja los precios de entrada del producto marroquí por debajo de los costes de producción en España y "liberaliza" otros productos, como los cítricos o la fruta de hueso.
"No podemos aguantar más", advirtió el responsable de Frutas y Hortalizas de COAG, Andrés Góngora, quien afirmó que la producción española de judías verdes prácticamente se ha perdido en favor de la de Marruecos.
Góngora subrayó que los agricultores españoles no pueden competir con unos productos que, como en el caso concreto del tomate, entran en la Unión Europea a un precio de 46 céntimos por kilo, cuando los costes de producción en España se cifran en 60 céntimos.