Ha sido bautizada como tasa Robin Hood: una subida del IRPF –un 44 % de retención- para las personas que ganan más de 120.000 euros. El Presidente del Gobierno ya lo había anticipado en mayo: “vamos a pedir más esfuerzo (fiscal) a los que más tienen”. La controversia surge porque ese aumento de impuestos, la tasa Robin Hood, afecta sobre todo a altos directivos, pero no a las grandes fortunas. Las críticas a la medida no se han hecho esperar: riesgo de fuga de talentos, impuesto demagógico, cantidad recaudada insignificante en términos macroeconómicos… “¿Quién dijo ricos?” es un reportaje de Treinta Minutos que ha contrastado nueve ejemplos prácticos de personas que ganan más de 120.000 euros, todos ellos profesionales “sujetos” a una nómina, que tendrán que pagar más. El programa ha querido conocer en qué medida se consideran afectados por la medida y qué piensan ellos del diferente concepto de lo que significa ser “rico”.
“Nadie me regala nada: si me suben los impuestos, trabajaré menos horas, contrataré a menos gente y generaré menos empleo, por lo que, al final, perjudicaré a la economía”. Así de contundente respecto a la medida es Jesús Marín, cirujano maxilofacial. Por la mañana,Jesús Marín trabaja en el Ramón y Cajal y por la tarde tiene su propia clínica privada donde tiene contratados a varios trabajadores a su cargo.
Ignacio Gomá lleva 20 años ejerciendo la profesión de notario. Está indignado con la medida. Asegura que la mayoría de los notarios pasan los primeros tres lustros de ejercicio fuera de su lugar de residencia, en destinos no deseados. Ese sacrificio, según Gomá, no se tiene en cuenta con la subida del impuesto; como tampoco se tienen en cuenta los cinco años de su juventud que pasó estudiando-como cualquier persona que opta a una plaza de notario- ocho horas diarias para opositar a su plaza de notario.
Treinta Minutos ha estado también con el cocinero Abraham García, de Viridiana. Según el veterano chef que trababa 15 horas al día, cada jornada sirve 70 comidas en su restaurante: 30 personas –entre camareros, cocineros y personal de mantenimiento- constituyen Viridiana. Según Abraham García, como todo el mundo paga ya con tarjetas de crédito, están obligados a ser “honrados” con Hacienda a la fuerza.
“¿Qué es un rico? Yo gano 120.000 euros y vivo en un adosado a las afueras de Madrid”. Es la indignada queja de José Ignacio Gutiérrez Mesa, presidente de la agencia de valores “Mercados y gestión de valores”. Lleva 44 años trabajando en el sector y no se va a ir de España por la subida de impuestos, pero asegura que muchos chavales jóvenes recién licenciados con talento se marchan a La City londinense en busca de reconocimiento y una menor presión fiscal.
Francisco Muro es un ejecutivo que se quedó en paro. Reaccionó y montó una empresa de preparación y formación de ejecutivos jóvenes. Muro considera que “si a los ejecutivos se les paga una millonada, es porque lo valen. Si no vales, te echan”. Se queja de tener que pagar más sin que por ello el Estado le entregue a él mejores servicios sociales.
Mato Ansorena es uno de los cirujanos plásticos más prestigiosos de Madrid. Tiene unas tarifas acordes a la calidad de su trabajo y la responsabilidad que asume. Según él, “debería premiarse que él contrate a enfermeras, anestesistas y demás personal de su clínica privada”. En lugar de ello, sólo recibe una subida impositiva.
Joaquín Torres es arquitecto. Ha diseñado casas de lujo a importantes futbolistas y tiene proyectos fuera de España, sobre todo en Vietnam y La India. A su cargo, en su estudio, tiene a 80 arquitectos. Considera que la subida de impuestos es una traba añadida más, por lo que, al final, prefiere hacer obras fuera de España.
Sergio Medina es un joven empresario que el pasado año sólo tuvo 5 días de vacaciones. A Sus 30 años, Sergio se deja la piel en el trabajo, relacionado por empresas relacionadas con Internet. Sergio se hizo a sí mismo: su padre trabaja en el Metro y su madre es ama de casa. Insiste en el argumento de que si paga más impuestos exige mejores servicios.
Por último, Antonio Cuelles es abogado y asesor financiero. Hace poco decidió asociarse con otros ocho abogados especializados en derecho penal, mercantil y laboral. Antonio critica la idea de que, al final, “los ricos no pagan”; pagan, asegura, pero pagan distinto.
La tasa Robin Hood afectará a alrededor de 100.000 contribuyentes y se prevé con ella un incremento de ingresos fiscales por valor de 200 millones de euros.