Es realmente difícil que un Monet o un Renoir sufran algún desperfecto durante su traslado de entre dos museos. Las medidas de seguridad a las que se somete un cuadro cuando viaja de una a otra de las las mayores pinacotecas del mundo, como el Louvre y El Prado, son impresionantes. En Madrid Directo hemos comprobado cómo van embalados en unos materiales súper resistentes y con unos sistemas de seguridad modernísimos. Pero, además, viajan acompañados desde que salen hasta que llegan de un séquito de profesionales ultra cualificados.