El venezolano Colombo presenta sus credenciales en Madrid

  • El joven novillero deja una completa actuación en la 11ª de San Isidro

Se presentaba Jesús Enrique Colombo en la plaza de Las Ventas y el venezolano no defraudó. Su gran arma es la raza que le echa. Raza con el capote, en los lances de recibo y en los quites artisticos. Raza con los palos, al cuarteo, en los medios, de dentro afuera asomándose al balcón. "Déjenme solo", pedía Colombo y lucía con los rehiletes como el novillero que es y se quiere comer el mundo.

En novillero estuvo en el primero, manejable, ligando con la diestra, aguantando los parones con la izquierda que tras el susto del pinchazo y la entera saludó una ovación. Ppero el nacido en San Cristóbal de Venezuela tiene ambición y en el cuarto salió a por más. Le hacía hilo el de El Montecillo y se venía arriba el venezolano. Llegaba a la muleta el criado por Paco Medina algo bajo... y se cruzaba Colombo buscando el sitio, ganándole la acción. Se vino abajo el novillo y tras varios intentos a derechas e izquierdas remató por bernadinas, tan ajustadas que los "uys" brotaban sinceros de los tendidos. Había que jugársela de nuevo y como un rayo se lanzó el venezolano tras la espada. Se pidio con fuerza el trofeo. ¿Había mayoria de pañuelos? Pues aparentemente sí. ¿Era entonces faena de oreja...? No, no era faena de oreja, aunque sí de reconocimiento por el coraje y la garra derrochadas. Colombo dio una vuelta al ruedo, convencido de que en Madrid aún no le han visto.

Por su parte, Pablo aguado no se acopló con el segundo y se mostró voluntaroso con el quinto. Silencio y ovación con saludos. Y Rafael serna, sin ritmo en el tercero e inseguro, sin verlo claro en el sexto, escuchó silencio en los dos.

LA FICHA

Seis novillos de El Montecillo, de buena y fina presencia, armónicos de hechuras y sin gran aparato en las cabezas. En conjunto, dentro de la variedad de su comportamiento, resultó una novillada encastada y con opciones, en la que destacó especialmente el espectacular y bravo cuarto.

Jesús Enrique Colombo, de grana y oro: pinchazo y estocada trasera (ovación); estocada (vuelta al ruedo tras aviso y fuerte petición de oreja, con bronca a la presidencia por no concederla).

Pablo Aguado, de verde botella y oro: estocada chalequera y estocada tendida (silencio tras aviso); estocada trasera desprendida (ovación).

Rafael Serna, de fucsia y oro: estocada trasera tendida (silencio); y estocada perpendicular y desprendida, y descabello (silencio).

Entre las cuadrillas, destacó Rafael González con una precisa y templada brega. Asistieron, desde distintas localidades de la plaza, los ministros de Interior, Juan Ignacio Zoido, y de Fomento, Íñigo de la Serna.

Duodécimo festejo de la feria de San Isidro, con tres cuartos de entrada en los tendidos (18.162 espectadores), en tarde de calor.