La capa española y la piel, junto a la sastrería y los tejidos masculinos han vertebrados abrigadas y confortables propuestas para el próximo otoño-invierno, según las colecciones que hoy se han visto en la primera jornada de la 59 edición de la Mercedes-Benz Fashion Week.
Así, la sastrería es el epicentro de la colección que Etxeberría ha creado para el otoño-invierno 2014-2015. "Mi intención es hacer en cada pieza un desarrollo que vaya más allá de la sastrería clásica", ha explicado hoy a Efe Estilo el creador vasco que ha debutado en solitario en la pasarela madrileña.
Tras varios años investigando patrones de la vestimenta popular española o del periodo de entreguerras, Etxeberría se aferra a los principios básicos y la esencia pura de la sastrería masculina.
Su objetivo es hacer prendas que no se pasen de moda, además de experimentar la moda masculina. "La moda de hombre no ha evolucionado desde el siglo XIX, mis nuevas propuestas son un modesto homenaje a la sastrería tradicional", ha contado.
Como en ediciones anteriores, los materiales siguen siendo la base principal de la colección. La napa, el astracán, el potro y la cabra son algunas de las pieles elegidas para confeccionar abrigos y pantalones masculinos, materiales que se han mezclado en perfecta armonía con lanas, fieltros, rayas diplomáticas o patas de gallo.
"He preferido no tocar muchas pieles exóticas, tan solo el pitón y la avestruz, pieles que he trabajado para crear un abrigo", ha dicho el diseñador que en esta ocasión ha preferido coser prendas más ceñidas al cuerpo y de talle alto.
Con la mirada en los clubes de fumadores de los años veinte y en la sastrería napolitana de los cincuenta, Etxeberría ha exhibido prendas vistosas entalladas en cinturas y rodillas y capas con un halo romántico, acompañadas de soberbios botines, botas y zapatos con sello Valverde del Camino.
Los mosaicos como expresión abstracta son el punto de partida de la colección de Devota& Lomba. "Ante todo son prendas inyectadas desde el oficio artesanal", ha dicho Modesto Lomba antes de comenzar su desfile.
A lo largo de las treinta salidas, Lomba ha exhibido piezas con volúmenes modernos, muy trabajados hasta crear espacios novedosos dentro de los ya existentes. "He querido investigar más allá del patrón básico y he procurado confeccionar prendas con un cierto volumen sobre el patrón".
Con esa teoría, en la que la moda se ve bajo el prisma de la arquitecta, ha ofrecido una serie de vestidos cortos, camisas, abrigos, pantalones pitillo y faldas por encima de la rodillas con apuntes de papiroflexia. Aunque la prenda estrella ha sido la capa. "Pero a mi gusta llamarla toquillón", ha contado.
Los colores marrón, azul tinta, beige y verde agua dan vida a una serie de prendas que juegan con los cortes hasta encontrar nuevas formas. "Esta colección no está inspirada en nada en concreto, esta apoyada en mi trayectoria, concretamente en las 55 colecciones anteriores", ha señalado.
Rebuscando en una antigua mercería madrileña de 1911, Juan Duyos encontró una serie de mantones de manila, piezas que le han servido para vertebrar su colección, "Número 15", nombrada así porque lleva quince años en el mundo de la moda y porque quince han sido los mantones de manila que han inspirado la colección.
Los bordados del mantón de manila se contraponen a la ligereza de las sedas en siluetas que combinan las líneas rectas con las "evasé". Duyos se ha deleitado con las pieles y ha recuperando una líneas y símbolos de cierta nostalgia, que ha bañado con una paleta de colores que transitaba desde el nude hasta el negro, pasando por el caramelo, el rosa palo y el café.
La firma de joyería Aristocrazy echo el cierre a la primera jornada con una colección en la que se han visto dos tendencias. La primera minimalista y sobria, de estética industria y en colores neutros.
La segunda, "destinada a una mujer ecologista,de gran personalidad en la que el águila es la estrella, según ha explicado Juan Suárez, quien asegura que desfilar en la pasarela madrileña les ha ayudado a posicionar la firma que tan solo tiene tres años.
Por la mañana, Amaya Arzuaga presentó una colección onírica de gran belleza, esculpida a base de hermosos volúmenes e inspirada en la tradicional capa española, mientras que Roberto Verino prefirió ofrecer cálidas capas y prendas terrenales y abrigadas que invitaban al confort.
Miguel Palacio optó por vestidos ligeros vestidos, adornados con aplicaciones negras a modo de flores, todos ellos coloreados en verde y magenta.