En la vigesimo primera de San Isidro, la plaza estaba abarrotada y ¿cómo fueron los Juan Pedro?, "un petardo". Parece que se estrellan. Juan Pedro Domecq volvió a pegar un petardo con los cinco lidiados, por mucho que Manzanares lo intentó nada pudo hacer con el invalido segundo, ni con el no menos inválido cuarto. La tarde para Manzanares fue de silencios y sus toros un "petardo".
Cayetano estuvo digno con el segundo. Su inicio de faena presagiaba algo más, pero el Juan Pedro se vino abajo y su bondad solo le permitió escuchar silencio. El quinto fue un toro remendón de Juan Manuel Criado y del mal, el menos, dio más opciones. Cayetano lo intentó. Eso sí, despegado, tal vez para no molestar; perfilero, probablemente para poder ligar y abusando del pico, seguramente para aliviar, por todo lo cual se produjo la división al saludar.
Joaquín Galdós se justificó ante la sosa bondad y justeza de fuerzas del toro de su confirmación. Voluntad de quien lo intentó y que tras dejar una buena entera le permitió saludar una ovación. Espadazo que no repitió en el sexto, parado, sin transmisión distraído y suelto. Es decir, otro "petardo", lo que inspiró a algunos reivindicar a voz en gritos la justa súplica del "toro" y a otros seguro que pensarlo.
Con lo fácil que sería no volver a traer estos toros por unos cuantos años y así evitar en día tan señalado, lo que ha sido un auténtico "petardo".
LA FICHA
Cinco toros de Juan Pedro Domecq y un remiendo, el quinto, de Juan Manuel Criado, discretos de presentación, mansos, sin fuerzas, y muy apagados y aplomados en el último tercio. Primero y quinto, los menos malos.
José María Manzanares, de grana y oro: estocada arriba (palmas); y estocada baja (silencio).
Cayetano, de celeste y oro: pinchazo y estocada (silencio); y estocada tendida (ovación tras aviso).
Joaquín Galdós, de caldero y oro, que confirmaba alternativa: estocada desprendida (ovación tras aviso); y cuatro pinchazos y estocada desprendida (silencio tras aviso).
En cuadrillas, impecable brega de Joselito Rus al segundo, en el Iván García y Alberto Zayas han saludado en banderillas.
Incidencias: El rey Juan Carlos ha presenciado la corrida desde una localidad de la primera fila de los butacones de piedra situados en la meseta de toriles, acompañado de la infanta Elena.