Terele Pávez (Bilbao, 1939), prolífica actriz en numerosos papeles temperamentales, ha muerto hoy en el Hospital de La Paz de Madrid a causa de un derrame cerebral, según ha informado el Instituto Nacional de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales.
Teresa Marta Ruiz Penella, premio Goya en la categoría de reparto por la película de Álex de la Iglesia "Las brujas de Zugarramurdi" (2013), era hermana de las actrices Enma Penella y Elisa Montes, y tía de Emma Ozores.
Reconocida como una de las más grandes intérpretes españolas de reparto, lo que siempre se llamó secundarias, dejó su huella en papeles como su Mauricia en "Fortunata y Jacinta" (1969), de Angelino Fons, su "Celestina" (Gerardo Vega, 1996) o la Régula, de "Los santos inocentes" (1984), de Mario Camus.
Debutó en el cine con 12 años, en la película de Luis García Berlanga "Novio a la vista", y desde entonces su carrera estuvo marcada por la falta de continuidad, con períodos de alejamiento de las pantallas y regresos con papeles importantes.
En los últimos tiempos, se había convertido en una actriz fija de las películas de Álex de la Iglesia, en "El bar" (2017), "Mi gran noche" (2015) y, antes de "Las brujas...", en "Balada triste de trompeta" (2010), "La comunidad" (2000) o "El día de la bestia" (1995).
"Álex contactó conmigo en un momento en el que yo no trabajaba y nos caímos bien desde el principio: los dos somos zurdos y de Bilbao y tenemos sentido del humor. Siempre ha sido muy tierno conmigo, pero también es respetuoso con todo el mundo, algo que me gusta, eso es amor para mí", remarcó en una entrevista con Efe en octubre de 2016.
Entre las condolencias tras su fallecimiento, Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, ha declarado que "perdemos a una de las grandes de la escena" y ha enviado sus "condolencias a sus familiares y amigos", antes de despedirse de ella "Hasta siempre".
Terele Pávez, actriz de gran tradición familiar, con cerca de cien títulos en su filmografía para cine y televisión, también destacó en la escena y una de sus últimas interpretaciones fue en "¡Mamáááá!" (2010).
La intérprete, que se denominaba "una jubilada con pensión", no escondía que siempre había sido una mujer de izquierdas, una "zurda arreglada", porque de pequeña no le dejaban escribir con su mano izquierda y le enseñaron a coger el lápiz con la derecha, lo que para ella fue algo muy duro. "Me salvó el ballet", decía.