Los pasteles tienen buena culpa de lo que coloquialmente se llama "curva de la felicidad". Esa barriguita que sale a los hombres a partir de los 40.
Suele relacionarse con una etapa de crisis, pero en el teatro Amaya se ríen de esa crisis con su obra teatral.
La mejor manera de reírse de los kilos y los años es regalando entradas a los más gorditos.
Los actores de la obra han regalado entradas a quienes pesaran más de 90 kilos.