La costura y el buen gusto han estado hoy presentes en la segunda jornada de la pasarela Madrid Fashion Week de la mano de las colecciones de Ángel Schlesser, Ailanto, Roberto Torreta, Amaya Arzuaga y Lemoniez.
Ángel Schlesser se ha reinventado, eso sí, dentro de las coordenadas del buen gusto y del buen hacer. Los volúmenes y los contrastes han sido la novedad de este diseñador que evoca a la sencillez de las líneas para crear hermosos y femeninos "look".
Faldas de capa y de corte de sirena, abrigos de hombros cuadrados, pantalones pitillo, monos, camisas amplias, blusas con lazada al cuello y canguros configuran su colección otoño-invierno 2012-2013.
Con un encaje que dibujaba figuras geométricas, Schlesser ha confeccionado vestidos camiseros de exquisito gusto, así como faldas rectas por encima de la rodilla; un traje de chaqueta de príncipe de gales conjuntado con una camisa dorada ha entonado un canto a la elegancia.
La paleta cromática del diseñador se ha movido desde el color avellana hasta el negro, pasando por el burdeos, el rosa empolvado, el canela y el gris, tonos que adquirían mayor o menor protagonismo en función de la prenda. Ha resultado muy divertido un abrigo rojo de charol, así como prendas confeccionadas en "bassarik", piel parecida al visón, pero mucho más económica.
Basándose en la feminidad que reinó en la década de los 40, Schlesser ha mezclado prendas muy urbanas con otras mucho más deportivas y con claro acento casual.
"En esta ocasión he apostado por los contrastes y me apetecía mezclar prendas muy vestidas, de noche con otras de inspiración informal", ha dicho el costurero.
Para la noche, Schelesser ha presentado vestidos y faldas de lentejuelas rosas y grises combinadas con "georgette" de seda.
Olvidándose de la esclavitud de las tendencias, Lemoniez, dejando fluir los tejidos, ha querido ofrecer a la mujer la libertad de vestir como ella lo desee.
"He querido jugar con la cultura de oriente y la estética del floclore cosaco", ha explicado hoy a Efe Lemoniez. Y para ello ha presentado abrigos urbanos con cuello mao, vestidos y túnicas abotonados por delante y prendas de punto con estampados geométricos; una colección abrigada, con cuellos cerrados.
Muy sexys han resultado sus faldas por encima de la rodilla con grandes aperturas laterales que, combinadas con cuerpos muy recatados, resultaron muy bellas. Y cómo no, fiel al estilo marinero, Lemoniez ha presentado un vestido recto sin mangas con las típicas rayas blancas y azules en pasamanería.
Por su parte, Miguel Palacio ha subido a la pasarela madrileña una colección cosida con seda, lana y terciopelo, en la que el vestido en versión larga o corta ha sido el líder absoluto.
"Con los largos intento ceñir y modelar la figura de la mujer, mientras que en los cortos he querido imprimir un carácter de libertad", ha dicho Palacio, que ha apostado por una silueta muy urbana, en la que ha abusado del negro y del brandy, colores que ha combinado con el rosa, el salmón y el rojo para imprimir a sus prendas un carácter desenfadado.
Para la vestir la fiesta, Juanjo Oliva echa mano de los encajes y de los tules azules y marrones, tejidos suaves y delicados que sirven para crear hermosas faldas de varias capas con largo por debajo de la rodilla conjuntados con delicadas blusas que se adornan con tornillos metálicos, piezas que sustituyen a las manidas tachuelas.
Por la mañana, Andrés Sardá ha celebrado sus bodas de oro en la moda con una selección de sus piezas icónicas, entre ellas sofisticados sujetadores de tirantes de seda y braguitas de blonda muy escotadas.
Inspirándose en "Chinoiserie", el estilo artístico europeo de influencia china, los hermanos Ailando han traído a Madrid Fashion Week prendas brillantes con gran riqueza en los detalles y exóticos estampados.
Mientras que Roberto Torreta ha restado años a la piel y la ha mezclado hábilmente con pantalones pitillo, Amaya Arzuaga ha preferido combinar el punto y el tul y el cuero y con el mohair y con el tul.