La galaxia Enrique Morente tenía Aurora propia -su mujer- y "su Estrella, su Soleá y su Kiki" -sus hijos-, y eso era "lo más grande para él". Luego venía la música, a la que dedicó 50 años convirtiéndose en el más purista de los ácratas, un vanguardista siempre en movimiento que ahora "atrapa" un libro.