Una rara colección de documentos pertenecientes al industrial alemán Oskar Schindler, a subasta esta semana en EE.UU., arroja luz sobre el origen de su famosa lista, que libró a más de un millar de judíos de los campos de concentración, y descubre su estrategia para engañar a las autoridades nazis.
"Llevamos haciendo subastas durante treinta años todos los meses, y nunca habíamos tenido unos documentos como éstos: son realmente excepcionales", explicó a Efe Bobby Livingston, vicepresidente de RR Auction, una casa de subastas de Nuevo Hampshire (costa este).
La subasta, que tiene como fecha final el próximo 14 de agosto, ya ha superado los 24.000 dólares (casi 18.000 euros), y Livingston afirmó que espera que la puja ganadora supere los 50.000 dólares (37.000 euros).
Entre los documentos, destacan varias cartas fechadas en verano de 1944 en las que Schindler negocia con Amon Goeth, jefe del campo de concentración de Plaszow, en lo que hoy es Polonia, mantener operativa y ampliar su fábrica de Cracovia, en la que empleaba a un millar de judíos, y posteriormente trasladarla a Brunnlitz, en la actual República Checa.
Previamente, Schindler había logrado que en su fábrica, adquirida en 1939, los judíos permaneciesen alojados en varios barracones en los que estaban a salvo de las atrocidades que se producían en el cercano Plaszow, a escasos kilómetros de la factoría, en plena Segunda Guerra Mundial.
También figuran los planos de la ampliación de las instalaciones en 1943 desarrollados por la empresa Siemens, y con ellos se pone de relieve su intención de incrementar la capacidad de alojamiento de judíos para salvaguardarlos.
Sin embargo, cuando poco después y a través de diversos sobornos a funcionarios nazis, Schindler es informado del plan de los nazis de liquidar a los judíos ante el avance inminente del ejército ruso en 1944 hacia Polonia, decide agilizar los trámites para solicitar el traslado.
En una de las cartas, con el sello de la fábrica de Schindler y su propia firma en bolígrafo, se señala expresamente que uno de sus empleados, Adam Dziedzic, ha recibido "la autorización, por parte del comandante militar en Cracovia, para instalar maquinaria de guerra y ha sido enviado a Brunnlitz. El certificado es temporalmente válido hasta el 30 de septiembre de 1944."
"Si no hubiese logrado este permiso, no habría habido lista de Schindler", precisó David Crowe, historiador del Holocausto y biógrafo del industrial alemán, en referencia a la famosa película de 1993 dirigida por Steven Spielberg, en la que se describe las operaciones clandestinas para salvar la vida de cerca de 1.200 judíos y que obtuvo el Óscar al mejor filme.
Crowe indicó, además, que "es el primer documento que he visto en el que se verifica este movimiento y resulta sumamente importante ya que pensaba que (a Schindler) le había tomado mucho más tiempo conseguir el permiso".
El historiador explicó que estos archivos permiten aclarar la estrategia utilizada por Schindler y demuestran que sus planes fueron desarrollados de manera progresiva y en función de las circunstancias del conflicto bélico.
Los documentos eran propiedad de un coleccionista privado de Los Angeles, (California). "Se trata de uno de los grandes coleccionistas de autógrafos del mundo, quien reconoció la importancia de los documentos cuando los compró diez años atrás", comentó Livingston.
Aunque no quiso precisar la identidad de los actuales pujadores, el vicepresidente de RR Auction se mostró convencido de que cualquier institución judía apreciaría la "enorme valía" de los documentos a subasta.