Durante la grabación en 1998 de "Una semana en el motor de un autobús", el álbum que confirmó las esperanzas puestas en Los Planetas, sus miembros sabían que estaban "ante un disco importante", lo que no evitó que, antes de acabarlo, pensaran "bajarse del autobús, tirarlo por una cuesta y arrancarlo de nuevo".
Así lo recuerda en una entrevista Florentino Muñoz, alias Florent, guitarrista, compositor y miembro fundador de esta referencia fundamental del "indie" español actual, pero una promesa en aquellas postrimerías de la década de los 90, ante la reedición, quince años después, del que fue su tercer álbum, tras "Super 8" (1994) y "Pop" (1996).
"Fue un disco importantísimo para Los Planetas, porque afianzó mucho el grupo y lo llevó a otro nivel", añade Florent, que considera que "fue la confirmación de las expectativas, tanto del público como de la crítica".
A iniciativa de Sony, el aniversario de aquel hito para los granadinos se celebra con una reedición con ocho maquetas, que descubren las canciones como se gestaron en los ensayos, antes de que el productor Kurt Ralske se llevara a todo el grupo a Nueva York para grabarlas de nuevo.
APOGEO DEL ESPÍRITU NAVIDEÑO
Allí aterrizaron en las últimas horas de 1997, en pleno apogeo del espíritu navideño estadounidense, y dieron la bienvenida a 1998, un año en el que la prestigiosa revista Rockdelux consideró "Una semana en el motor de un autobús" como el mejor disco del año.
En el estudio se encontraron un "material supervintage de los 60" que entonces no existía en España y que dio al resultado final una textura especial.
Grabaron todos los instrumentos a la vez e intentaron respetar mucho las tomas, en busca de algo que siempre han tenido en mente, "la simbiosis de melodía y distorsión, que la melodía florezca sobre un fondo de guitarras, distorsiones y ambientes", siguiendo el patrón de sus admiradas bandas My Bloody Valentine, Sonic Youth o Dinosaur Jr.
"Con aquel disco aprendimos cómo se produce y decidimos que el siguiente álbum lo haríamos nosotros mismos siguiendo esa misma línea", cuenta Florent.
En efecto, con su siguiente disco de estudio, "Unidad de desplazamiento" (2000), inauguraron su famoso estudio granadino, Refugio Antiaéreo, y en él aplicaron todo lo aprendido en la ciudad de los rascacielos.
En el relax de su hogar, desaparecieron las prisas del que intenta exprimir cada céntimo invertido en un estudio ajeno, pero en "Una semana en el motor de un autobús" todavía sufrieron la urgencia.
Florent recuerda que la grabación fue "dura", que en un momento dado el motor de aquel metafórico vehículo a la cima "se gripó" y que "hubo que bajarse de él, empujar, tirarlo por la cuesta y volver a arrancarlo".
Mientras le ajustaban las tuercas a aquel autobús, sabían que entre manos tenían material de largo recorrido. "Veíamos el potencial a medida que acabábamos los temas y éramos conscientes de que las letras y la música de Jota (el otro compositor y famoso cantante del grupo) tenían un nivel bastante alto, de que era un disco importante", señala.
El resultado fue un disco conceptual, con doce temas que cubren el camino de la desesperación a la conquista o, lo que es lo mismo, de "Segundo premio" a "La copa de Europa", canciones todas ellas que, en su opinión, "siguen muy vigentes".
Fue en aquella época cuando la baja de May Oliver y Raúl Santos se cubriría temporalmente con Kieran Stephen, Jesús Izquierdo y Fernando Novi, así como con el batería Eric Jiménez y el teclista Banin Fraile, que terminaron convirtiéndose en miembros estables.
La incorporación del bajista Julián Méndez en la gira de su último disco de estudio hasta la fecha, "Una ópera egipcia" (2010), completó la presente composición de Los Planetas, que de forma "puntual" recuperó aquel material en sendos conciertos en los recientes festivales Primavera Sound de Barcelona y Oporto.
Ahora, tras años de ocuparse de bandas paralelas (Grupo de Expertos Solynieve, Los Evangelistas, Los Pilotos), toca alumbrar el noveno álbum de Los Planetas, y anuncian que tienen listos dos temas, uno "más directo" creado por Florent y otro "más tranquilo y profundo", de Jota, en línea con sus coordenadas clásicas.
