Con su ópera prima ‘El Rey Burro’, el accidental director de cine paquistaní Aziz Jindani (1978) ha cosechado un inesperado éxito, siendo el sexto filme más visto en la historia de Pakistán. La cinta de animación fue estrenada además en otros ocho países, entre ellos España, donde se tradujo al español, catalán y euskera, algo poco habitual para la nación asiática.
Pregunta: "El Rey Burro" ha sido un éxito en Pakistán. Y se estrenó en España, Perú, Colombia, Ecuador, Ucrania, Rusia, Turquía y Corea del Sur. Es algo casi inédito para una película de su país. ¿Por qué cree que la película ha tenido este éxito y conectado con audiencias en Pakistán y otros países?
Respuesta: Hay dos temas subyacentes que son universales. Uno es que se trata de una película alegórica, metafórica, es una sátira política, como "Rebelión en la granja". Creo que en todas partes la política es relevante y hay intensos debates políticos. Por otra parte, creo que es por el hecho de que el protagonista es un burro. Un burro es un animal simpático. Parte de la cultura pop. Es una historia acerca de un desvalido.
P: Es una película para niños, pero se tratan muchos temas políticos, como la democracia, la legitimidad del poder.
R: De hecho, presentamos la película para todos los públicos, para niños desde los siete hasta los 70 años, para niños que son niños de verdad y para los adultos que siguen siendo niños. Es importante para una película animada conectar con dos audiencias. Tiene un significado superficial y otro más profundo. La audiencia primaria son niños, pero un niño no va a ir solo al cine. Los adultos lo acompañarán. Si llevas a una familia al cine creo que es injusto excluir a los adultos.
P: Pakistán suele generar titulares en el extranjero por malas noticias, como ataques terroristas o extremismo religioso. El país tiene poco poder blando. Su película da una imagen diferente de Pakistán. ¿Cómo le hace sentir eso?
R: Me siento extremadamente orgulloso de presentar una imagen más blanda del país. Pakistán tiene una rica historia de buena literatura, buenas películas. Desafortunadamente, la imagen negativa del país ha camuflado todo lo bueno que hacemos.
P: La película causó controversia en Pakistán y algunas personas vieron una sátira acerca de la llegada al poder del primer ministro Imran Khan en 2018 y lo compararon con el burro. ¿Era esa su intención?
R: Comenzamos la producción de la película en 2016, entonces el escenario político era muy diferente de lo que es ahora. Afirmar que es una cinta partidista o contra alguien es una sandez. Pero hay muchos matices o ideas que hemos recogido de la vida real. El arte imita la realidad. Cada uno encuentra una conexión con la historia.
P: Usted es un ejecutivo de grandes empresas sin experiencia previa como director de cine ¿Cómo decidió producir, escribir y dirigir una película animada a los 40 años?
R: Soy un director de cine accidental. Contraje el virus de la animación cuando realicé para Procter and Gamble en Pakistán una serie animada con un superhéroe acerca de un jabón antibacterias en 2003. Así es como quedé fascinado por la animación. Me gustó tanto que decidí hacer una película propia. Así que me tomé un año sabático e hice la película.
P: ¿Se dedicará ahora al cine exclusivamente?
R: Creo que en Pakistán no es posible aún tener una carrera como director de cine porque el mercado no es muy grande. En el país hay una población de 200 millones de personas y existen en torno a unos 62 cines con 140 pantallas. No es una industria comercial que genere una fuente de ingresos, para mí en particular. La fuente de ingresos está separada de mi pasión. Y como no espero ganar mucho dinero con ello puedo ser más puro, más auténtico.
P: ¿Por qué hay tan pocos cines en el país? ¿A los paquistaníes no les gusta el cine?
R: A los paquistaníes les encanta el cine. Pero durante finales de los 70 y principios de los 2000 la industria cinematográfica sufrió un retroceso debido a la censura y el cine se centró en películas en punjabi (de la provincia del Punjab) más que en urdu (el idioma nacional). Muchos cines desaparecieron entonces. Ahora está surgiendo una nueva era del cine en Pakistán. Pero estamos aún luchando porque no hay suficientes cines. El país produce 40 filmes al año y hay 52 fines de semana. No hay suficientes películas, porque no hay suficientes cines y no hay suficientes cines porque no hay suficientes películas. Y después no hay dinero. El precio de las entradas en Pakistán es casi como en España.