Ovación y silencios con los novillos de Montealto

  • San Isidro 2011, 14ª de la feria
  • Crónica de Miguel Ángel Monchonli
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Empujaban unos y derribaban otros, los novillos de Montealto.

Con sus encuentros en el caballo parecían bravos que se comieran el mundo, pero, en cuanto veían trapo que justificara su despiste, salían sueltos en busca de la nada.

Realizó quite López Simón en el segundo y el mexicano Sergio Flores le replicó adecuadamente. La tarde prometía.

Inició el manito su faena de muleta con el más claro del encierro en los medios, con cambiados, por alto y pase de las flores, como presagio de lo que pudo ser y no llegó a serlo. Se retorcía el manito y se lo afeaban desde el tendido. Lo intentó con ganas y dejó una buena entera.

Aunque hubo petición, el usia entendió que méritos, pese a lo cual el manito debió dar al menos una vuelta al ruedo, como así se le pidió. En el quinto recibió ovación a su buena voluntad.

Comenzó de rodillas sus dos faneas Lopez Simón. El torero de barajas hace fácil lo que es habitual en otras plazas. Y no lo hizo mal, por mucho que en Las Ventas gusta más el toreo vertical.

Una tanda con la diestra y un redondo invertido sumo en su haber, amén del arrimón final por lo que recibió ovación con saludos y silencio con el deslucido sexto.

Por su parte, el francés Thomas Duffau, sobrado y muy puesto, paso de puntillas por su último compromiso en esta plaza antes de tomar la alternativa. Ovación con saludos