'Muros', un documental que nos hará reflexionar

  • Pablo Iraburu y Migueltxo Molina retratan los sentimientos y las ilusiones que se encuentran en ambos lados de las fronteras

Pablo Iraburu y Migueltxo Molina retratan los sentimientos y las ilusiones que se encuentran en ambos lados de las fronteras en el documental 'Muros', que llega esta semana a los cines tras haber pasado por el Festival Internacional de Cine de San Sebastían.

Los protagonistas de este proyecto son personas reales como Meza, un actor que vive en la frontera que separa Sudáfrica y Zimbabwe, Al, miembro del grupo 'samaritanos' de Arizona, Gariba, una marroquí con dos hijos y un marido enfermo o Jaime, un agente de la patrulla fronteriza de la Guardia Civil encargado de custodiar la valla de Melilla.

Según ha relatado Aramburu durante una entrevista concedida a Europa Press, este proyecto nació cuando estaban terminando la pieza 'Pura vida', a raíz de "las informaciones sueltas e inconexas que existían sobre los muros que en ese momento se estaban construyendo más que nunca".

"El objetivo fue hablar no desde el punto de vista de la información, sino dar un paso atrás y hacer una reflexión más profunda que no hablara tanto de los datos, sino de las personas", ha señalado.

"EL MURO SIEMPRE ES EL MISMO"

El equipo que ha realizado este documental buscaba "una mirada muy similar y simétrica a las distintas localizaciones", porque les interesaba construir "un discurso en el que el muro siempre fuera mismo". "Sea una valla o una alambrada, siempre tienen en común que dividen el paisaje, son algo violento y separan a personas de un modo violento", ha señalado.

"Estés en Sudfárica, Arizona o Melilla, los escenarios y las historias son similares: gente que quiere pasar, gente que no quiere que pasen, gente que piensa que lo que hay al otro lado es bueno o que es un horror", señala.

El proyecto cambió el punto de vista de ambos directores sobre la esencia de las personas a las que retrataron. Según relata Aramburu, en su sinopsis inicial plantearon que el lugar común de todos los humanos era "la búsqueda de la felicidad" y que era algo que podría hermanar a uno con un subsahariano.

"Sin embargo, por el camino descubrimos que eso era un lujo en lo que pensamos quienes estamos aquí, quien está en el monte Gurugú intentando saltar la valla, lo de la felicidad le llega de lejos, porque quiere sobrevivir", ha señalado Aramburu, quien añade que cuando se descubre lo que ocurre al otro lado del muro la actitud y la forma de ver lo que ocurre "cambia radicalmente".

Ambos directores son conscientes de que el estreno llega en un momento informativo de atención, pero están convencidos de que este proyecto, que surgió hace tres años, "seguirá siendo una realidad porque va más allá de las modas". "Queríamos salirnos de eso y hacer un discurso más pausado para que sirva ahora y dentro de unos años, tanto en España como en otro lugar", recalca.

En cuanto a las dificultades del rodaje, ha señalado que no ha sido "ni difícil ni peligros" ni han tenido "problemas logísticos". El reto ha estado en llegar a los personajes y consguir que confiaran en ellos. "El esfuerzo ha sido más emocinal que físico, ha habido situaciones de intensidad emocional", ha indicado.