A la crítica de arte Laura Cumming le apasiona tanto el arte como al protagonista de su libro el librero inglés John Snare, que dejó todo en la vida por demostrar la autoría de un lienzo que creía que era de Velázquez. Una historia real que le ha servido a la autora para construir "Velázquez desaparecido".
Un libro apasionante y detectivesco, editado por Taurus, que llega en español avalado por las mejores críticas y que es también un homenaje a Velázquez, "el mejor pintor de la historia" para Laura Cumming, según explica en una entrevista con Efe.
"Yo creo que con Velázquez se puso fin a la pintura. Fue el más grande de los pintores", explica con mucha pasión, emocionada y feliz por estar en el país de Velázquez y en Madrid, dice, "donde está el Museo del Prado", un lugar místico para la autora inglesa, porque, además, alberga, a su juicio, "la pintura más bella e importante", "Las Meninas".
"Me dio consuelo para recuperar mi vida tras la muerte de mi padre que era pintor", desvela.
Laura Cumming, crítica de arte de The Observer desde 1999, cuenta en "Velázquez desaparecido" -un ensayo a medio camino entre la biografía y el relato de misterio- la historia del librero inglés John Snate quien en 1845 se topó con un retrato ennegrecido de Carlos I de Inglaterra que se atribuía a un pintor flamenco, pero que él sospechó que podría tratarse de un Velázquez perdido.
Cuando Laura Cumming se encontró con este tema emprendió ella misma una búsqueda para recuperar y trazar la vida de este librero y la de Velázquez, al que le rinde homenaje en estas páginas.
"Todo lo que se cuenta en el libro es verdad -afirma-. Cuando me topé por primera vez con este personaje, no sabía si el cuadro había existido, si lo había pintado Velázquez o no. No sabía nada".
"Pero era una historia tan descabellada -continúa- que se convirtió en un misterio, en una historia de detectives y en cierto modo en una tragedia, porque realmente la vida de este hombre se ve arruinada por Velázquez, mientras que mi vida ha sido realmente mejorada o potenciada por Velázquez. Sin este librero yo no hubiera escrito el libro que quería escribir". recalca.
Este libro ha hechizado a miles de lectores porque, además, se puede leer como una biografía trepidante, pero deja la puerta abierta del misterio.
Hoy todavía no se sabe donde está el cuadro. "Los norteamericanos piensan que el cuadro está en Estados Unidos, pero en Inglaterra creen que está allí y los historiadores españoles, a los cuales respeto mucho, se preguntan si alguna vez el cuadro salió alguna vez de España", añade.
Un ensayo donde Cumming también describe el mundo del arte del siglo XIX, los coleccionistas, las subastas o el poder en Nueva York o Londres. Un mundo que ha cambiado poco desde el siglo XIX hasta hoy.
El librero tiene que probar que tiene un Velázquez y es difícil porque no tiene ni ADN, no se puede hacer ninguna prueba ni acudir a los medios que hoy existen como analizar pigmentos, fechar el marco o el lienzo. "Todo lo que podía hacer es fiarse de sus ojos y eso es también lo que pasa hoy si no se tiene toda una documentación que hable de dónde proviene el cuadro", concluye.