|
(Actualizado

Los caminos del éxito pueden ser imprevisibles y así lo plasman Bradley Cooper y Lady Gaga en "Ha nacido una estrella", la adaptación de un clásico imperecedero con música, amor y mitos caídos que hoy obtuvo el aplauso de la Mostra de Venecia.

La cinta, proyectada fuera de concurso, ha sido un reto para ambos pues, en primer lugar, supone el estreno como director de Cooper, que también la coprotagoniza en el papel de un exitoso rockero de Arizona con variadas adicciones y traumas.

"Tengo 43 años y creo que el tiempo es la moneda más importante. Quiero utilizarla de la mejor modo posible. Cada minuto y cada segundo invertido en esta película ha valido la pena", señaló Cooper en la presentación, en la que aclaró su deseo de seguir dirigiendo.

Pero también ha sido un hito para la camaleónica neoyorquina ya que este es su primer papel protagonista en el cine, tras sus cameos en "Machete Kills" (2013) y "Sin City: Una dama por la que matar" (2014), su participación en la serie "American Horror Story: Hotel" y su reciente documental "Gaga: Five Foot Two" (2017).

Gaga explicó que siempre había deseado trabajar como actriz y con Cooper ha cumplido un sueño: "En la sala puede haber cien personas y que 99 no crean en ti. Pero solo se necesita una para lograr un objetivo", celebró con miradas de complicidad hacia su colega.

"Ha nacido una estrella" es una historia de amor perenne desde su estreno en 1937, pues ya suma cuatro versiones con la de Bradley Cooper, inspirada especialmente en la última, un recordado musical de 1976 con Barbara Streisand y Kris Kristofferson.

En esta última revisión Gaga, una de las cantante más influyentes del pop en la última década, se despoja de pelucas y maquillajes para hacer de Ally, una camarera con impresionantes dotes vocales que un día conoce y se enamora del rockero Jackson Maine (Cooper).

En ese momento comienza una trayectoria de ida y vuelta: mientras ella prospera ante los micrófonos, él pasa de llenar conciertos a emprender un inclinado descenso a los infiernos del alcoholismo, lo que pone en jaque la romántica relación sentimental que mantienen.

La obra presenta una lograda banda sonora con temas interpretados por Lady Gaga, quien da su mejor versión como diva del pop y también con el rock, el soul o la balada, e incluso un Cooper, de voz ronca, se pone ante el micrófono en el Festival inglés de Glastonbury.

De hecho, algunos de los espectáculos en los que Cooper y Gaga comparten escenario durante la cinta fueron en directo ante público, ante lo que el actor aseguró haberse sentido bien junto a la diva."Es verdaderamente un buen cantante", opinó la artista.

En definitiva se produjo un "gran intercambio" de papeles en el que la autora de "Bad Romance" instruyó al actor a la hora de cantar y este, a su vez, la ayudó con claves de interpretación: "Ha sido una experiencia fantástica", resumió el último.

Cooper consideró la importancia de ver a una "súper estrella" en su primer papel en cine: "Yo siempre he creído en ella", señaló.

Por su parte, Lady Gaga, alejada de su estrambótica estética del pasado, señaló que ponerse ante la cámara hizo que emergieran todas sus "vulnerabilidad", en primer lugar por la exigencia del director novato de evitar todo tipo de maquillajes y de verla natural.

"Forma parte de mi música convertirme en personajes diferentes, pero Bradley me quería sin maquillaje y un día en mi casa, bajando las escaleras, me le encontré con desmaquillador (...) Es un nuevo rostro que ha descubierto en mí y una nueva vulnerabilidad", apuntó.

En el fondo todo gira en torno a la fama, cómo no tratándose de dos estrellas, y Cooper así lo ha querido demostrar con el a menudo atronador sonido de la cinta pues, explicó soplando su micrófono, "la fama es mucho ruido y después silencio".

Pero también trata sobre el amor, el desamor, la complicidad, el sinuoso camino de la popularidad y las adicciones: "una historia que implicará a las personas de todo el mundo", prometió la ahora actriz.