Una exposición sobre las vanguardias artísticas en Ucrania del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid ha sido reconocida este miércoles con el premio a la mejor del año por la revista especializada "Apollo".
La muestra 'En el ojo del huracán. Vanguardia en Ucrania, 1900-1930' se llevó el prestigioso galardón otorgado en el Reino Unido, en una ceremonia en la que también estaba nominada la Galería de las Colecciones Reales como Apertura Museística del Año, aunque no obtuvo finalmente el premio.
Al glosar sus méritos, Susan Moore, editora asociada de "Apollo", destacó que "en apenas unos meses de actividad frenética, tras la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, esta muestra itinerante y su catálogo de 248 páginas fueron desvelados en Madrid".
"La mayor parte de sus 70 obras exhibidas habían salido de Kiev solo horas antes del más intenso bombardeo aéreo de la ciudad hasta ahora", aseguró Moore.
Los organizadores del premio reconocieron la labor de Francesca Thyssen-Bornemisza, hija del barón Thyssen-Bornemisza, del historiador del arte y comisario Konstantin Akinsha y de Yulia Lytvynets y su equipo en el Museo Nacional de Arte de Ucrania.
"Apollo" reconoce que el museo madrileño fue "un primer recinto apropiado", pues el fallecido barón había sido un pionero coleccionista del arte de esa región.
"Se jugaba no solo la preservación del patrimonio cultural material de Ucrania, sino también la identidad nacional que representa", a juicio de Moore.
Al recoger el premio, Francesca Thyssen-Bornemisza declaró que "todo el mundo sabe que la guerra de Ucrania no es solo sobre conquistas territoriales sino sobre controlar la narrativa de un país.
Emocionada tras su reciente viaje a Ucrania, Thyssen-Bornemisza agradeció a Akinsha y Lytyvnets por haber facilitado la organización de la muestra, así como al director artístico del museo, Guillermo Solana, quien la acompañaba en el evento.
Según recuerda Moore en su artículo de justificación del premio, Ucrania ya había sufrido la pérdida de mucho patrimonio con las purgas soviéticas del "nacionalismo burgués que comenzó en 1931.
La búsqueda de un estilo diferenciado llevó a los vanguardistas ucranianos -algunos de ellos asimilados bajo la vanguardia rusa como Kazymyr Malevych- a recurrir al arte popular y a ornamentos, como mosaicos y frescos bizantinos, en busca de inspiración.
"Para la mayoría de visitantes esta fue una exposición de descubrimientos. Quizá ninguno más memorable que el de Oleksandr Bohomazov, artista que fusionó el Cubismo y el Futurismo, ya considerado como el genio desconocido de la vanguardia rusa", agrega la responsable de la revista.