Dormir cuatro horas al día, llenar conciertos en Washington y Nueva York, quedarse atrapadas en la nieve o pasar los días en una furgoneta de aquí para allá son algunas de las aventuras que Hinds, un grupo "indie" formado por cuatro madrileñas, han vivido en su exitosa gira por Estados Unidos.
Con apenas dos años de vida y sólo un disco en el mercado ("Leave Me Alone"), Hinds se han convertido en una sensación en los círculos de la música independiente y han recibido los elogios de The Guardian y medios especializados como Rolling Stone o Pitchfork.
Un concierto en Los Ángeles, en el que colgaron una vez más el cartel de "no hay entradas", puso el viernes el punto y final al viaje por Estados Unidos de Hinds, que durante el mes de marzo se ha recorrido las cuatro esquinas del país.
Dos horas y media antes de su actuación, medio centenar de personas hacían cola en la puerta de la sala Echoplex en Echo Park, una de las zonas de moda de Los Ángeles entre la gente joven y con inquietudes creativas.
Relajadas, entre cervezas y con muchas ganas de subirse al escenario, las integrantes de Hinds charlaron con Efe y recordaron los inicios del grupo que, desde el barrio madrileño de Malasaña, les ha llevado a tocar en medio mundo.
"El germen de 'por qué no hacemos una banda' surge en una playa de Denia, básicamente por la tranquilidad de estar con dos guitarras cantando y de pronto era como: 'Dios, esto es la hostia'. Nos enamoró, es súper adictivo", explicó la guitarrista y vocalista Carlota Cosials.
Junto a la también guitarrista y cantante Ana Perrote empezaron a dar conciertos de versiones antes de que Ade Martín (bajo) y Amber Grimbergen (batería) completaran la formación de Hinds.
Echando la vista atrás, Perrote dijo no sentir "vértigo" por todo lo que han vivido, de una manera tan rápida como intensa, sino que consideró que han crecido de manera progresiva y que todo lo logrado es fruto de un enorme trabajo diario y esfuerzo no sólo musical.
"No es tan abismal (el salto), sino que llevamos dos años cada día durmiendo cuatro horas para que esto salga como está saliendo", apuntó.
¿Pero cuál es el lado oscuro del rock y la vida en la carretera? Y, como si les pellizcaran, las cuatro disparan al momento la lista: "muchísimas entrevistas, muchísimos emails", diseñar los carteles, pedir camisetas si faltan tallas, los viajes en furgoneta, elegir los teloneros, idear los videoclips, "dormir cuatro personas en dos camas" y hasta dormir en casa de amigos si no hay sitio para todas.
"A veces creo que de las cosas más duras es exprimirte al máximo tanto pragmáticamente como artísticamente. Llega un momento en el que un grupo de música conlleva muchísima creatividad (...) y sientes que a veces no puedes más", detalló Cosials, quien subrayó, no obstante, que "entregar todo tu cuerpecito a este proyecto" al final acaba mereciendo la pena.
A las once de la noche se iluminó una pantalla simulando un neón con el nombre "Hinds" y las cuatro músicas salieron al escenario bailando "You Sexy Thing" de Hot Chocolate como quien acaba de llegar a una fiesta con ganas de comerse la noche.
Con una fresca combinación de música garage, actitud rockera, convicción de "hazlo tú mismo" y melodías y coros de pop para silbar todo el día, Hinds engancharon al público angelino gracias a canciones como "Castigadas en el Granero" o "Trippy Gum".
Con la euforia desatada, el concierto terminó con más de treinta personas del público subidas al escenario bailando, gritando y haciéndose fotos con las integrantes del grupo.
Hinds puso así el broche final en Los Ángeles a su gira de Estados Unidos, pero este año todavía tiene jugosos retos por delante, como visitar Japón y Australia o presentarse en el célebre festival inglés de Glastonbury.
Quizá sigan sin dormir mucho, pero seguro que no les faltarán aventuras que contar.