"Fuerza bruta" es el nombre del espectáculo que ha estrenado esta semana el circo Price y que invita al público a participar activamente en un montaje repleto de adrenalina.
Una piscina colgada del techo pende sobre las cabezas de los espectadores que, de pie, toman parte en la locura desatada por los miembros de esta compañía argentina que ha triunfado en Nueva York y Buenos Aires. La obra no pretende tener significado y busca lo imprevisible, haciendo que el público sienta, saque fuera sus instintos y también, sufra. Hasta el 23 de octubre en el circo Price.
"Es una gran celebración, tiene momentos más dramáticos y otros más festivos, pero todo el tiempo hay movimiento", ha explicado este lunes el director de este espectáculo, Diqui James, en declaraciones a los medios.
'FuerzaBruta' "rescata" del teatro ese aspecto "primitivo", según lo ha descrito James, y se sirve de la tecnología del siglo XXI para lograr impactar al público y demostrar que el teatro puede conseguir hacer "perder la cabeza y recuperar el cuerpo, el espíritu y el corazón".
Esta idea surgió a partir de la búsqueda del "concepto previo a la palabra y al pensamiento". "Cuando uno tiene un impulso o un deseo, eso ocurre antes de ponerle un nombre", ha indicado. Por ello, este show trata de dar nombre a ese sentimiento, a la "materia prima del ser humano antes de lo cerebral".
MAS RAPIDO QUE LA MENTE
En 'FuerzaBruta', una de las cosas más importantes es el "ritmo" y uno de los retos para los actores y bailarines es "ir más rápido que la mente de los espectadores, para que lo instintivo salga primero". "Cuando veo que alguien discute acerca de si se trata del útero o del fondo del mar, me doy cuenta de que ya no está funcionando", señala.
James escogió este nombre del grito que lanzaba en sus juegos cuando era pequeño. "Era un grito de guerra y felicidad", recuerda. El hilo conductor del show nació como una necesidad vital que experimentó tras la dictadura.
"En los 80, al igual que sucedió en España, hubo un boom cultural y social en Argentina. En esa época viví los sanfermines y los carnavales de Brasil, y después decidí que eso era lo que tenía que hacer, porque el teatro es otra cosa además de literatura", ha explicado.
Se trata de un espectáculo "cerrado" que lleva en la carretera desde 2005. Sin embargo, para que funcione necesita la complicidad del público, por lo que uno de los retos está en la respuesta que se obtiene de quien contempla. "Tendrá que dejarse sorprender, es quien da la temperatura a esta obra", ha declarado.
En su periplo por todo el mundo, 'FuerzaBruta' ha compartido esta celebración con públicos tan dispares como el de Taiwán o Tailandia. "En Asia se vuelven locos, porque son muy poco invasivos, pero este espectáculo sí lo es", afirma. En cambio, en su estreno en España esperan una gran acogida. "Tenemos un lenguaje cultural muy similar", concluye.