El director francés François Ozon reflexiona la mentira y el amor en "Frantz", un sutil y clásico drama romántico protagonizado por el emergente Pierre Niney ("Yves Saint Laurent") y la alemana Paula Beer, que también aborda las consecuencias imprevistas de la Primera Guerra Mundial.
"En todas las historias de amor uno se miente a sí mismo", asegura el prolífico cineasta en una entrevista con Efe. "Queremos ver a alguien diferente a quien realmente tenemos delante, necesitamos cierta idealización para enamorarnos".
"Frantz", que llega a los cines españoles el 30 de diciembre tras su estreno en el pasado Festival de Venecia, se basa en una obra de teatro de Maurice Rostand que a su vez inspiró el filme de Ernst Lubitsch "Remordimiento" (1932).
En una pequeña ciudad alemana, después de la contienda bélica, la joven Anna acude a diario al cementerio a llorar a su novio Frantz, caído en combate en Francia, y un día se encuentra con el misterioso Adrien, que deposita flores en la misma tumba.
A diferencia de Rostand y Lubitsch, Ozon adopta el punto de vista de la joven alemana, y no del francés, y cambia por completo toda la segunda parte de la película.
"Ellos hicieron la obra y la película sin saber que habría una Segunda Guerra Mundial", explica Ozon. "Pero para mí era imposible terminar la historia como ellos, que eran profundamente pacifistas, por eso desarrollé toda la segunda parte integrando el auge de los nacionalismos".
En ese sentido, el director de "En la casa" (2012) o "Joven y bonita" (2013) subraya los paralelismos con la época actual.
"Los nacionalismos, el cierre de fronteras, el miedo al extranjero... Me parecía que el filme podía tener cierta modernidad aunque hablara de 1919", señala. "Europa se creó para impedir que Alemania y Francia pudieran volver a estar en guerra, es importante recordar esto y extraer las lecciones oportunas", añade.
En cuanto a la adopción del punto de vista femenino, habitual en su filmografía, Ozon defiende que las mujeres son siempre más interesantes porque "tienen que luchar más y enfrentarse a más obstáculos".
Filmada en blanco y negro, con irrupciones de color, "Frantz" es en el fondo una historia de aprendizaje y de superación de la pérdida.
"Ese periodo estuvo marcado por el duelo, más de un millón de muertos en Francia y dos millones en Alemania. La película trata sobre cómo reconstruirse después de la muerte, y lo interesante es ver los dos recorridos paralelos e irreconciliables de Anna y Adrien", apunta.
Hay un cuadro bastante desconocido de Manet, "El suicida", que tiene un significado especial en la trama. Y aquí también se ha tomado el director y guionista francés una licencia respecto a la obra original.
"La referencia original era un cuadro de Courbet; lo busqué y me encontré una pintura romántica y bella, de un hombre dormido con la cabeza hacia atrás. Pero en mi cabeza había imaginado algo más violento, algo más fuerte visualmente", explica.
"Frantz" es posiblemente la película más refinada de un director acostumbrado a la trasgresión y que ha abordado todos los géneros, desde el thriller erótico "Swimming Pool", a la comedia de vodevil como "Potiche", el misterio de "8 mujeres" o melodramas profundos como "Bajo la arena".
Habitual de los grandes festivales europeos, Ozon ha logrado entre otros los premios Teddy del Festival de Berlín ("Gotas de agua sobre piedras calientes"), el premio al mejor guion de la Academia de Cine Europeo ("En la casa"), o la Concha de Oro del Festival de San Sebastián ("En la Casa"), entre otros.