Exposición del escultor José Luis Romero para "ver y tocar"

  • En el Museo Tiflológico de la ONCE
museotiflologico_456
Museo Tiflológico |Archivo

El Museo Tiflológico de la ONCE expone desde este viernes hasta el próximo 24 de mayo una selección de esculturas de José Luis Romero titulada 'Evolución' en la que el público puede ver y tocar las obras y en la que la madera destaca como material principal.

José Luis Romero (Madrid, 1963), comenzó su trabajo profesional como pintor en 1980. En los años 90 surgieron sus primeros ejercicios escultóricos más definidos y a comienzos del año 2000 se centró en estudios de la figura humana y en las formas del mundo vegetal.

En la actualidad, explora las posibilidades del hierro combinadas con la madera y nuevos soportes tecnológicos para crear formas evocadoras de espacios arquitectónicos donde caben diálogos con el paisaje, la luz y el color.

Entre las exposiciones en las que ha participado, destacan las realizadas en la Galería Término de Madrid en 1990-1991); en la Galería TH de Lyon (Francia) en 1992; en la Casa de Cultura de San Lorenzo de El Escorial, en 2010; en la Fundación de los Ferrocarriles de España en 2012; en la Feria de Arte Zaragoza, en 2013; o en el Centro José Saramago de Leganés (Madrid) en 2013.

La muestra 'Evolución' se podrá visitar en horario de martes a viernes -excepto festivos- de 10,00 a 14,00 horas, y de 17,00 a 20,00 horas y los sábados de 10,00 a 14,00 horas.

El Museo Tiflológico es un espacio accesible a todos los públicos, donde se emplean el tacto y el oído, junto a la vista. En sus salas se muestran cuatro colecciones: la de maquetas de monumentos arquitectónicos, la de obras de artistas con discapacidad visual grave, la de material tiflológico y la de libros en braille y otros sistemas de escritura anteriores a la creación de la ONCE.

La sala se inauguró el 14 de diciembre de 1992 y exhibe el patrimonio cultural de la ONCE. También organiza exposiciones temporales de obras de artistas ciegos. El objetivo es promocionar y satisfacer las necesidades culturales de las personas con discapacidad visual grave y servir de escaparate a los esfuerzos de integración y normalización, según señala la ONCE.