El dibujante británico Dave Gibbons, autor junto al guionista Alan Moore del aclamado cómic Watchmen, asegura que ninguno de los dos colaborará en una secuela de la obra porque "es una novela de ciencia ficción que está completa y debería dejarse tal como está".
En una entrevista con Efe, Gibbons, que se encuentra estos días en Barcelona con motivo del 35 Salón del Cómic, reconoce que DC Comics podría encargar a otros autores una secuela, y de hecho han aparecido diversas precuelas de los inicios y trayectoria de los personajes de "Watchmen", pero no cree que continuar la historia fuera una buena idea, algo en lo que los dos autores nunca pensaron.
La obra de Gibbons y Moore fue considerada por la revista Time como una de las cien mejores novelas en lengua inglesa desde 1923 y se convirtió en 1988 en la primera novela gráfica ganadora del Premio Hugo, otorgado por la Convención Mundial de Ciencia Ficción.
Watchmen parte de una ucronía ambientada en 1985, en unos Estados Unidos en los que Nixon continúa siendo presidente, con una sociedad convulsa y unos superhéroes ya retirados o que trabajan para el gobierno, en el punto álgido de una Guerra Fría con la URSS que está a punto de desembocar en un holocausto nuclear.
El ambiente opresivo y tenebroso en el que se desarrolla Watchmeny las dudas morales y existenciales de unos superhéroes muy "humanos" marcaron un antes y un después de los cómics dedicados a estos personajes, una influencia de la que tanto Gibbons como Moore han querido desmarcarse.
"Me sorprende que Watchmen sea todavía tan popular después de tantos años, pues Alan y yo solo queríamos hacer un tipo de cómic que nos gustaría leer. Pensamos que era el momento de dar una visión diferente de ellos, responder a la cuestión de que, si realmente existieran, cómo podrían ser", indica Gibbons sobre la génesis de la obra.
Tras el impacto de Watchmen, que apareció en 12 capítulos entre 1986 y 1987, "una de las cosas por las que Alan y yo nos sentíamos un poco mal es que quizás condenamos a la industria, durante 10 o 15 años, a hacer unos cómics deprimentes, inquietantes, oscuros...".
"Esa nunca fue nuestra idea, no estábamos diciendo cómo debían hacerse los superhéroes, solo era una posible manera de hacerlos; y si hubiéramos hecho alguna otra historia de superhéroes después de 'Watchmen', probablemente hubiéramos optado por algo mas luminoso o mágico antes que por algo sombrío", augura el dibujante.
Gibbons dice que este estilo es apropiado para personajes como Batman "porque vive en un mundo sombrío y es también un personaje oscuro, pero es un error convertir a Superman en alguien sombrío y deprimido, porque ese no es el personaje que realmente es".
Dave Gibbons piensa que en la actualidad "el estilo vuelve a estar mas equilibrado, y ahora hay muchos mas cómics más optimistas, con toda clase de aproximaciones hacia el mundo de los superhéroes".
Considera que la época de la Guerra Fría, "con dos superpoderes monolíticos, era ideal para enmarcar la historia" de "Watchmen", algo que sería más difícil de presentar en la época actual, "con una situación mucho más difusa".
Preguntado por la obsesiva frase que en forma de grafiti va recorriendo las páginas del cómic -"¿Quién vigila a los vigilantes?"-, en caso de trasladarse a la actualidad, asegura que "ni los auténticos 'Watchmen' tendrían respuesta sobre esto".
"La noción de quién vigila a la gente que nos vigila o que vela por nuestra seguridad es una cuestión universal de todas las civilizaciones y lo seguirá siendo en el futuro", apunta Gibbons.
Respecto al impacto de las películas de superhéroes sobre los cómics, Gibbons entiende que "han tenido un efecto beneficioso" y así explica que, cuando se estreno la película de Zack Snyder, vendieron "un millón y medio de ejemplares del álbum" y llegó a gente que no hubiera leído a Moore ni visto sus dibujos.
Sobre sus colaboraciones con otro gran guionista del género, Frank Miller, afirma que "Miller trabaja de una forma diferente a la de Moore y, si habláramos en términos musicales, Alan es como un Mozart, un gran compositor clásico que imagina todas las partes de la orquesta, mientras Frank es más como un gran virtuoso solista de jazz, como Miles Davis, y hace que todo fluya fácilmente".
Gibbons confiesa que ahora, más que dibujar, escribir guiones le parece "más atractivo" porque "puedes expresar tus ideas más rápido si no tienes que dedicar tanto tiempo a dibujarlas".