El periodo más surrealista de Salvador Dalí centrará la exposición del artista ampurdanés que visitará la próxima primavera el Museo Reina Sofía de Madrid y que supondrá, con alrededor de 200 obras, una de las muestras más completas realizadas hasta el momento del pintor.La exposición está organizada conjuntamente entre el Museo Reina Sofía y el Centro Georges Pompidou de París, y será vista primero en la capital francesa, desde finales de este mes, para viajar hasta Madrid el 24 de abril, dónde permanecerá hasta primeros de septiembre.
Comisariada por Montse Aguer en Madrid y por Jean-Michel Bouhours y Thierry Dufrêne en París, la muestra propone revalorizar al Dalí pensador, escritor y creador de una particular visión del mundo y hace especial hincapié en el método paranoico-crítico desarrollado por el artista como mecanismo de transformación y subversión de la realidad.
Contribuyen a su excepcionalidad préstamos de instituciones como el MOMA (Nueva York), de dónde se traerá "La persistencia de la memoria" (1931); el Philadelphia Museum of Art, que cederá "Construcción blanda con judías hervidas" (1936); de la Tate Modern, con "Metamorfosis de Narciso" (1937); y de los Musées Roayux des Beaux-Arts de Bélgica, con "La tentación de San Antonio" (1946).
Las diferentes secciones contendrán, además de las obras, material documental, fotografías, manuscritos del propio Dalí, revistas y audiovisuales.
La muestra arrancará con una sección dedicada a las primeras obras de Dalí, como "Aurretrato cubista", "Retrato de mi padre", "Muchacha en la ventana" o "Paisaje de Cadaqués"; y seguirá con las relacionadas con su coqueteo con el cubismo como "Academia neocubista" y con el presurrealismo, como "Asno podrido".
De su etapa plenamente surrealista se podrán ver "El gran masturbador" o "La persistencia de la memoria", aunque también estarán presentes treinta dibujos originales de los que sirvieron para ilustrar el libro "La vida secreta de Salvador Dalí", de los años cuarenta.
La última sección mostrará su gran interés por la ciencia, con una pintura profundamente transformada por el fin de la Segunda Guerra Mundial y la catástrofe nuclear de Hiroshima y Nagasaki, como en "Téte nucleaire d'ange" (1962).
La experimentación con las obras estereoscópicas, como "Dalí de espaldas pintando a Gala de espaldas" (1972) cerrarán el conjunto de su trabajo más delirante y transgresor.