Una semana después de su histórico triunfo en el festival de Eurovisión, la "drag queen" barbuda Conchita Wurst ofreció hoy en el centro de Viena ante miles de personas un breve concierto al aire libre.
Justo antes del breve recital, la denominada "Reina de Austria" fue recibida con honores por el canciller federal austríaco, Werner Faymann, quien destacó el mensaje de tolerancia de la artista.
"Un mensaje que dice: tolerancia. Un mensaje que dice: amor y ganas de vivir. Le agradezco por esta imagen, este carisma y estas palabras", manifestó el líder socialdemócrata.
Conchita Wurst, por su parte, dedicó sus cuatro canciones de hoy, entre ellas "Rise like a Phoenix", con la que ganó Eurosivión, a todas aquellas personas que creen en un futuro con progreso.
"Estoy convencida de que Austria es uno de esos países. Por eso me siento honrada de haber traído ese triunfo a casa", dijo Tom Neuwirth, el joven artista homosexual, que encarna a Conchita.
Al concierto, celebrado ante la Cancillería federal, en el centro de Viena, acudieron unas 10.000 personas de todas edades y estratos sociales, incluidas muchas familias con hijos.
El evento fue criticado por el partido conservador ÖVP, que aseguró que su socio de coalición, el SPÖ socialdemócrata, se está aprovechando políticamente de la figura de Conchita Wurst.
De hecho, desde el triunfo austríaco en Eurovisión, el partido del canciller Faymann está impulsando con más ímpetu reformas en materia de legislación para los derechos de los homosexuales.
Ante la enorme euforia y presión mediática en Austria tras la victoria de Conchita Wurst, el ÖVP ha accedido a debatir unas iniciativas que viene bloqueando desde hace años.
Se trata de la adopción de hijos por parejas homosexuales, de equiparar por completo los derechos de las uniones homosexuales con el matrimonio convencional o acceder a que mujeres lesbianas puedan concebir un hijo mediante una inseminación artificial.