El exministro de Cultura César Antonio Molina defiende en su nuevo libro, 'La caza de los intelectuales' (Debate), la necesidad de un pacto para convertir la educación y la cultura en dos cuestiones relevantes de la política nacional. "Ya es hora de que nos pongamos de acuerdo. Si no somos capaces de ponernos de acuerdo en cosas esenciales, solo nos queda la orfandad", ha manifestado Molina durante la presentación de este ensayo, una reflexión sobre la difícil relación entre el poder y la cultura y una reivindicación de la educación y la cultura como garantías de un renacimiento.
El autor opina que la educación y la cultura son dos labores del Estado, que tiene que conformar a sus ciudadanos. Sin embargo, precisa que el Estado no ha de dirigir, sino ayudar y promocionar la cultura.
El exministro se considera "satisfecho" respecto a su labor en el Ministerio de Cultura a pesar de no haber tenido "tiempo para todo" lo que hubiera querido. "Siempre he trabajado como si fuera el último día de mi vida", apunta.
Preguntado por su etapa al frente del Ministerio de Cultura durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, Molina cuenta como dejó el Ministerio de Cultura: "Zapatero me dijo que quería una chica y más glamur".
Presume de haber elegido solo a sus directores generales y de haber dado libertad y espacio en otros nombramientos. "El Estado ha de ayudar sin inmiscuirse de la misma forma que ayuda a otras industrias", considera.