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El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha destacado hoy las palabras "sentidas, sencillas y verdaderas" que utilizó este lunes Benedicto XVI para anunciar su renuncia y que reflejan "la forma en que ha vivido su ministerio, en la aspiración de ser fiel al señor hasta la muerte". Así lo ha expresado Rouco al inaugurar en compañía de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, la exposición fotográfica "Al altar de Dios", dedicada a Juan Pablo II, en el centro cultural Casa de Vacas del parque madrileño de El Retiro.

Rouco Varela ha asegurado que "al interpretar lo humano a la luz de la fe", Benedicto XVI y Juan Pablo II "se unen en la santidad".

El cardenal, también presidente de la Conferencia Episcopal, ha expresado su "agrado" por el hecho de que la exposición fotográfica dedicada a Juan Pablo II lleve el título de "Al Altar de Dios" porque concuerda en el tiempo con la proximidad del proyecto de beatificación de Karol Wojtyla, Juan Pablo II.

De este papa, Rouco ha destacado su cercanía a los niños, a los pobres y a los enfermos y su propia personalidad humana, "sacrificada" y "al borde del martirio", lo cual se explica porque formaba parte de su "búsqueda de la santidad".

"Que es lo mismo que busca la Iglesia, que el Evangelio de frutos de santidad en el hombre", ha dicho Rouco, quien al mismo tiempo ha reconocido que el "objetivo" de santidad tiene "fallos y pecados de los mismos hijos de la Iglesia y también de sus pastores".

Botella, por su parte, ha recordado las numerosas veces que pudo estar en presencia de Juan Pablo II, a quien glosó como "una de las figuras más importantes de la historia del siglo XX", que fue "clave en la batalla por la libertad y en la caída del comunismo, un pilar para la fe de millones de católicos y luz de esperanza para quienes peor lo pasaban".

La alcaldesa, quien ha manifestado que se encuentra "triste e impresionada" por la decisión de Benedicto XVI, del que dijo que es "probablemente el mayor intelectual que existe ahora mismo en el mundo", ha dicho que las imágenes de Juan Pablo II devuelven esa "cercanía, paz y serenidad que transmitía ante multitudes y en el contacto directo".

Botella ha enumerado las ocasiones en que tuvo el "privilegio" de estar cerca del papa en varias ocasiones, que han supuesto -ha dicho- "algunos de los momentos más importantes de mi vida" y en los que tuvo la ocasión de conocer "lo que es el carisma".

Las imágenes de la exposición, ha dicho la alcaldesa, captan "de manera increíble" el magnetismo de Juan Pablo II "cuando estaba lleno de vitalidad y cuando era ya persona doliente".

El centenar largo de fotografías expuestas muestran diversos momentos del pontificado de Wojtyla, durante sus viajes por muchos países, en encuentros con la juventud.