La concejal de Cultura del Ayuntamiento de Coslada, Emi Escudero, ha presentado la XXII Semana de Cine Español de Coslada que tendrá lugar del 29 de enero al 11 de febrero y en la que se exhibirán trece películas nominadas y/o ganadoras de los Premios Goya de la Academia de Cine.
Emi Escudero, según un comunicado del consistorio, ha destacado que "con la programación propuesta queremos apoyar a nuestro cine, del que nos sentimos muy orgullosos y orgullosas porque forma parte de la riqueza cultural de nuestro país y cuyo prestigio internacional no deja de aumentar. Este año la Semana la abrirá un director muy unido a Coslada, Javier Marco, con su trabajo Muero por volver, que acumula numerosos galardones".
En la inauguración, que tendrá lugar el 30 de enero, además del cortometraje de Javier Marco, se proyectará la película Lo que arde. En días sucesivos se exhibirán los largometrajes Dolor y Gloria de Pedro Almodóvar, Intemperie de Benito Zambrano, La trinchera infinita, El Hoyo, Madre de Rodrigo Sorogoyen, La hija del ladrón, Ventajas de Viajar en tren, la cinta argentina La Odisea de los Giles, Mientras dure la guerra de Alejandro Amenábar, Quien a hierro mata, Historias de nuestro cine y el Crack Cero.
Todos los largometrajes se mostrarán en tres pases en los cines La Rambla. El precio de la entrada es de cuatro euros para los socios de la Filmoteca Municipal.
Dentro de la programación de la XXII Semana de Cine Español de Coslada, tendrán lugar dos exposiciones: Un muro de estrellas, que se exhibirá en el nuevo Centro Cultural de La Rambla, y Gregorio Prieto y la fotografía, de la Red Itiner de la Comunidad de Madrid, que se instalará en el Centro Cultural Margarita Nelken.
Exposiciones
La primera muestra es obra del diseñador e ilustrador gráfico Iván José López, que nos presenta a una de sus musas favoritas, Marilyn Monroe como anfitriona de una fiesta imaginaria donde los invitados son estrellas de cine y actores irrepetibles, que con su personal estilo de trabajo el artista nos trae de regreso. La soltura del dibujo nos revela espontaneidad y honestidad en cincuenta retratos hechos a mano alzada sin cuadrículas ni artimañas.
La segunda exposición trata sobre Gregorio Prieto (Valdepeñas 1897-1992) quien nunca sostuvo una cámara entre sus manos, pero se sirvió de ella a través de sus amigos para elaborar una suerte de biografía en una variedad de poses y escenas cargadas de narcisismo y en ocasiones perturbadoras, que revelan su profunda admiración por el arte grecolatino.
El joven Gregorio frecuentaba la compañía de los grandes poetas de la Generación del 27 y se formó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, antes de continuar estudios en París y, más tarde, como becado en pintura de paisaje, en la Academia de España en Roma. Fue en la capital italiana donde eclosionó su pasión por la fotografía, a raíz de su amistad con el también becado en pintura Eduardo Chicharro Briones. Gregorio Prieto compone escenas cargadas de gran modernidad.