"Las barreras, las limitaciones más insalvables, no están en los edificios, ni en los transportes públicos, ni en las escaleras…; las peores barreras están la mente". Con esta frase resumen su particular filosofía de vida Cirilo y Marina, los dos protagonistas del reportaje de Treinta Minutos "Sin barreras en la mente". Marina y Cirilo y son dos discapacitados, físico y visual respectivamente, que, a base de tesón, de valor y de lucha llevan un estilo de vida donde no renuncian a nada de lo que hubieran hecho sin discapacidad.
Cirilo Emba tiene 45 años. Desde los 12 años es ciego a causa de unas cataratas incurables. Hoy día desempeña un cargo de Jéfe de Area de la ONCE en San Sebastián de los Reyes. Una jornada laboral en la vida de Cirilo, aún para una persona vidente, sería agotadora: cinco horas de transporte público desde su domicilio en Valderribas hasta San Sebastián de los Reyes. Sin embargo, Cirilo no desaprovecha ni un instante: durante esas horas de transporte público Cirilo "lee" audiolibros que tiene en su dispositivo "braille speak". Vive solo. Está separado. Sin embargo esta circunstancia no es un inconveniente para que durante los fines de semana se haga cargo de su hija pequeña, a la que adora. Cirilo lava la ropa, plancha, cocina, limpia la casa, va a la compra… Pero su vida no es sólo, lógicamente, responsabilidad y trabajo. Cirilo practica deporte en tándem, va al gimnasio, entrena y, los fines de semana, esquía. Cirilo tiene claro que su vida no puede ni debe detenerse por su discapacidad. Es consciente de que muchas personas con su problema están sumidas en la tristeza, acobardadas, autoconvencidas de que no son capaces de afrontar una vida normalizada en el mundo exterior. Por ello, Cirilo considera que las peores limitaciones residen en la cabeza, en el temor a pensar que la discapacidad imposibilita más de lo que en realidad lo hace. Cirilo considera que se han dado grandes avances en la adaptación de las barreras arquitectónicas para los discapacitados, sobre todo en los transportes públicos, pero aún falta mucho camino para conseguir eliminar todos los obstáculos: el braille y las señales sonoras deben universalizarse en el entorno urbano tal y como están universalizados los indicadores visuales para las personas videntes.
La otra protagonista de "Sin barreras en la mente" es Marina San Millán. Tiene 24 años. Padece espina bífida y su movilidad se ha reducido considerablemente a causa de una complicación añadida que derivó en una hemiplejia. Marina vive con sus padres en el Pau de Carabanchel. Sin embargo, Marina no se ha detenido por su discapacidad: estudió administrativo y hoy día trabaja en Servimedia. Como Cirilo, Marina utiliza el transporte público, metro y autobús, varias veces al día. Acude, además de acudir a trabajar a la agencia, Marina va a fisioterapia, a un taller de potenciación de la memoria, y a lo que más le gusta: a su taller de teatro en la Sala Cuarta pared. Porque Marina, que es muy crítica con la solidaridad de los ciudadanos para con los discapacitados, considera que lo peor no son las limitaciones físicas sino la falta de comprensión y de concienciación por parte de los demás.
Treinta Minutos ha acompañado a Cirilo y a Emba durante una semana. Ambos viven sus vidas como quieren: "Sin barreras en la mente".